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Analistas 03/05/2025

Ecología integral

Jorge Iván González
Profesor de U. Nacional y Externado

Desde el punto de vista ambiental, el Papa Francisco deja dos mensajes: Laudato Si’, y el Sínodo sobre la Amazonía. Francisco de Asís le cantaba a la naturaleza y daba gracias por la existencia de todos los seres, “Laudato si’, mi’ Signore”, “Alabado seas, mi Señor”.

La preocupación del Papa por los temas ambientales es, sin duda, un aliciente para estudiarlos y profundizarlos. Al referirse a Francisco de Asís, la encíclica dice: “Su testimonio nos muestra también que una ecología integral requiere apertura hacia categorías que trascienden el lenguaje de las matemáticas o de la biología y nos conectan con la esencia de lo humano.

Así como sucede cuando nos enamoramos de una persona, cada vez que él miraba el sol, la luna o los más pequeños animales, su reacción era cantar, incorporando en su alabanza a las demás criaturas”.

La política pública que garantiza la sostenibilidad y la inclusión para la sociedad y la economía tiene tres ejes centrales: el crecimiento sostenible, la equidad, y el ordenamiento territorial. Estos aspectos subyacen al mensaje de Laudato Si’, y al Sínodo sobre la Amazonía.

La sostenibilidad está íntimamente ligada con cada una de estas categorías. Para alcanzar los propósitos de la ecología integral es necesario avanzar en la consolidación de estos ejes. Dependiendo de la disciplina, la relación entre estas tres dimensiones se puede plantear de manera diferente.

En el Sínodo sobre la Amazonía se le dio importancia al respeto de la cultura y a la conservación de los bosques. Estas preocupaciones deben ser una prioridad de la política pública, y deberían permear la mente de los habitantes del planeta, especialmente de quienes están en las ciudades. La vida urbana no sería posible sin la riqueza ambiental de los territorios.

El Acto Legislativo 03 de 2024 que aumenta la participación de las transferencias a las entidades territoriales en los ingresos corrientes de la Nación, obliga a cerrar tres tipos de brecha: la económica, la sectorial y la territorial. Cada una de estas desigualdades tiene características propias. El reto es diseñar políticas públicas que permitan irlas eliminando de manera articulada y progresiva.

La ley de competencias que se debe aprobar en los próximos meses, es una oportunidad para que la conciencia urbana de las ciudades se empape de los elementos constitutivos de la ecología integral. La convergencia territorial, debería ser el pilar para reducir las inequidades económica y sectorial.

En el análisis económico, social y político es importante reconocer que la geografía importa y, además, que no hay sostenibilidad sin equidad. La ecología integral busca cambiar el enfoque que han tenido las teorías económicas, sociales y políticas que desconocen la relevancia del medio ambiente.

El descuido por los temas ambientales es una de las explicaciones de los pocos logros que se han conseguido en el crecimiento sostenible. Los resultados de la pobreza multidimensional ponen en evidencia, una vez más, las enormes brechas que existen en el país. En 2024, la incidencia en Vichada fue de 70,2% y en Bogotá de 5,4%. La lucha contra la pobreza será exitosa si está acompañada de medidas que favorezcan la equidad y la sostenibilidad.

Es necesario, como dice Laudato Si’ “tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo”. En otras palabras, se requiere avanzar hacia una nueva economía, que reduzca las causas humanas del calentamiento global.

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