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Para quienes recuerdan aún sus clases de matemáticas de bachillerato, especialmente cuando se introduce el concepto de función, hoy traigo la definición de punto de inflexión. En una función continua cualquiera, es ese punto donde los valores pasan de un tipo de concavidad a otra. Para ser más rigurosos, la segunda derivada en el punto de inflexión de la función siempre da cero. Pasar de cóncavo a convexo y viceversa. La literatura adoptó el término, que es muy fácil de visualizar en el plano cartesiano, para amarrarlo a las situaciones de quiebre y las coyunturas que llegan a puntos de no retorno. En la vida, en las empresas, en la política, los deportes ya es común referirse al término. Es muy conocido en el mundo espiritual, así como en el de los motivadores y conferencistas cuando exponen momentos puntuales de sus vidas que sirvieron para “girar” o repensar las cosas hacia adelante.
EL concierto de hoy en la frontera, y la posibilidad de la llegada de ayudas humanitarias a Venezuela mañana, se convierten en el punto de inflexión para la crisis política del vecino país. Ojalá el tema logístico no se desborde y los miles de ciudadanos que van a apoyar a Guaidó para el ingreso de comidas y medicamentos logren sobrepasar en volumen a los defensores de Maduro que probablemente van a querer sabotear el operativo. Maduro anuncia una posibilidad del cierre total de frontera, no sé qué tan viable sea eso, y que tan fácil de desplegar el operativo respectivo. En todo caso la fecha llega con tensión y con muchas preguntas sobre las conclusiones y los detalles de la próxima semana. El post concierto y la post entrega de ayuda humanitaria es una gran variable abierta.
Es lamentable que un músico tan brillante como Roger Waters, fundador de la legendaria banda británica Pink Floyd, no se haya preocupado por informarse un poco más y en estos momentos esté apoyando a Maduro. Su oposición al evento pasa por el tema de Donald Trump, quien tiene sus propios contradictores por todo el planeta en la industria del entretenimiento. Hoy y mañana seguramente se van a sumar muchas más voces de rechazo a la iniciativa “diplomática” coordinada entre varios países, pero que ahora los ojos del mundo lo ven como una idea más del magnate presidente, que se le meten temas a la cabeza, como el muro en frontera que al final no salen bien.
Esta jugada de varios países, tiene un efecto importante, para bien o para mal en la política internacional y la diplomacia colombiana. El canciller Carlos Holmes Trujillo se está jugando una dura carta regional, que lo puede quemar o disparar como un líder regional importante. Muchas fichas en una sola carta. Es a lo que apuesta Duque también, y trabajar de la mano de Trump es también riesgoso e incierto. Puede salir muy mal, puede salir muy bien.
Las expresiones en redes sociales apenas comienzan. El nivel de ruido puede crecer exponencialmente, y las consecuencias no se pueden determinar. Ojalá las próximas horas sean de mucha prudencia y de calma para evitar que algún esquizofrénico haga una movida equivocada. La lucha de conciertos a pocos metros y el efecto digital serán el espectáculo de la jornada. El marco musical, con artistas de renombre y las emociones al calor de ciudad invitan a que reflexionemos sobre las letras. Hay escépticos que creen que más allá de la música no pasará nada más. Hay otros, que piensan que las cosas pueden cambiar, eventualmente como un elegante punto de inflexión.
