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ANALISTAS 02/05/2025

Protesta indígena

La toma de las instalaciones de la Universidad Nacional por parte de diversas fuerzas indígenas es un episodio que demuestra que al gobierno actual se le acabaron los temas. No pasaron las reformas en el Congreso, la Corte Constitucional y el Consejo de Estado diluyeron en parte las iniciativas y algunos nombramientos del ejecutivo.

Ante ese panorama, y un año antes de las elecciones de 2026, la única opción que queda para el Gobierno Petro es anticipar la campaña.

La consulta popular, las alocuciones televisadas que ya se volvieron paisaje, el bombardeo diario de trinos amplificados con bodegas y lo de ahora, una movilización indígena prefabricada, financiada e impulsada por el mismo Gobierno, solo permiten concluir que están quemando tiempo mientras llegan las votaciones. La desinformación y la protesta social como formas de gobernar. Se busca saturar a la población con desborde de caos y polarización.

El cerebro humano no resiste tantas historias graves y delicadas a ese ritmo. Han logrado que un grupo importante de compatriotas deje de seguir diariamente las noticias en medios tradicionales o alternativos. Es tal el nivel de escándalos y declaraciones que diariamente aparecen, que muchos sencillamente pasan a la total desilusión y aislamiento.

Las recientes renuncias de Roy Barreras y Gustavo Bolívar ponen sobre la mesa unos candidatos del oficialismo que traen solitos un manto de duda, una sombra de mano negra con modus operandi de muy cuestionable reputación. Las encuestas muestran tendencias, pero todos sabemos que falta demasiado para el día de la primera vuelta y candidatos de todo tipo que van a declinar en el camino, mientras otros que andan silenciosos y de baja perfil aparecerán posteriormente.

Lo que sí podemos anticipar es que no habrá espacio para los debates de ideas. La defensa que plantea Petro para que haya continuidad de la izquierda es una defensa a toda costa, que incluye violencia verbal, sicológica y podría eventualmente ser física, tal como lo hemos vivido en anteriores ocasiones.

Las peticiones de los indígenas son por supuesto válidas. Las preguntas de la consulta popular son demasiado obvias. Lo que realmente pasa es que desde el Gobierno están tratando de instrumentalizar para disuadir.

Este sistema funcionó cuando estábamos en el gobierno anterior, pues se hizo desde una dimensión de la oposición. El gobernante anterior se demoró demasiado y dejó crecer el denominado “estallido social” que fue una de las bases para que la izquierda lograra llegar al poder. No estoy seguro que ese mecanismo vaya a funcionar en esta ocasión.

El dineral invertido en esta protesta prefabricada, que han denunciado desde varios sectores políticos, es descomunal. Un gobierno que se queja continuamente de problemas de caja, no ve ningún problema en “invertir” loa recursos para inflar la movilización.

Un verdadero despropósito, especialmente cuando el ministro de Educación, Daniel Rojas, ya advirtió que era “posible” que los indígenas no salgan de la capital hoy. A mí me parece que se quieren quedar en la Nacional hasta las elecciones del año entrante. Los estudiantes afectados, mientras tanto, a la deriva como es costumbre.

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