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ANALISTAS 13/12/2024

Luces de Navidad

Una de las tradiciones más importantes de los colombianos a final de año es recorrer sus ciudades en medio de los alumbrados navideños. En las grandes capitales hemos visto decoraciones emblemáticas en diferentes períodos. Para este año 2024 hay diferencias significativas que se presentan entre las distintas capitales, por varios motivos, unos de ellos coyunturales, otros tienen que ver con voluntad política y gestión de los mandatarios.

Por lo general, desde mediados de noviembre, los diferentes ciudadanos comienzan a conocer detalles de las instalaciones y las posiciones del alumbrado navideño. En términos generales en las principales ciudades suele ser un mecanismo de las diferentes alcaldías para atraer turistas tanto colombianos como extranjeros a sus sitios emblemáticos con el fin de movilizar la economía. En ciertas ciudades el renglón de turismo es prioritario para la época decembrina, especialmente en aquellas regiones del país en donde otras ramas de la economía no son fuertes o predominantes.

Para el caso puntual de Bogotá, la administración de Carlos Fernando Galán, que enfrenta todavía el tema del racionamiento de agua, tiene un plan para atraer turismo en la capital. La decisión para este diciembre, su primero como alcalde, es tener un enfoque entre cultura y sostenibilidad. Se lanzó la campaña “En Bogotá, mi ciudad, mi casa, la Navidad es Cultura”, en donde la capital montará espectáculos y alumbrados navideños responsables. En términos numéricos según la alcaldía, las luces que se usarán reducen el consumo energético en 63% con respecto a lo que se instaló el año pasado, cuando se despedía la alcaldesa anterior Claudia López.

En otras ciudades del país la inversión ha sido abiertamente asimétrica. Hay capitales que han apostado al tema de una forma contundente como el caso de Cartagena, un destino obligado para miles de colombianos en cada final de año. Cali es cuento aparte, ya que la tradicional feria tiene todo un plan que va mucho más allá del alumbrado. Pasto, Manizales, Pereira y otras ciudades pequeñas como Mosquera en Cundinamarca, que tienen sus fiestas particulares, también realizan planes mucho más robustos. Algunas capitales no han invertido un rubro significativo, de hecho, algunas le han bajado el perfil al tema. Algunos de los alcaldes aducen recortes de presupuesto, prioridades diferentes y coyunturas especiales. Los ejemplos de Cúcuta, Girardot, Facatativá o Neiva, son apenas algunos de los que se podría decir van a tener una navidad apagada o muy pobre.

Más allá de la inversión y el retorno en ingresos por turismo, siento que los colombianos necesitan también un mensaje de optimismo y positivismo. Es difícil calcular el impacto que tiene sobre una sociedad y su economía un ambiente navideño, pero sin duda a mi juicio es un efecto que total debe ser más positivo que negativo. Expertos en psicología explican que en este mes los buenos efectos casi todos cualitativos están muy por encima de los efectos negativos, que probablemente tiene también esta época para un porcentaje reducido de la población. En todo caso es una época que sirve para repensar ideas y proyectos, en ese sentido el ambiente propicio es un que sea festivo y colorido. Bienvenidas las luces de Navidad.

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