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Analistas 14/10/2022

El enemigo interno

Esta semana el país descubrió con sorpresa la confesión del gobierno de turno con respecto a las dificultades para ejecutar planes, proyectos, nombramientos y otro tipo de iniciativas que no avanzan en los primeros 100 días. En el marco de la conmemoración del día de la raza, en el Cauca, el presidente Petro explicó ante los asistentes algunas de las situaciones que vienen ocurriendo.

Aceptó el desconocimiento de la ´restricción que impide estar juntos a Presidente y Vicepresidente en los viajes, y alcanzó a señalarla como “norma estúpida”. Uno quisiera creer que un exsenador y exalcalde con tanta experiencia debería tener muy claro cómo funciona el Estado por dentro. La realidad es que, en ese discurso, y con los errores groseros que se han cometido, nos hemos venido dando cuenta que su conocimiento sobre temas administrativos es bastante limitado.

El presidente Petro tiene razón cuando hace el diagnóstico sobre el funcionamiento del Estado. Un gobernante se enfrenta diariamente a obstáculos que a veces parecen trampas diseñadas a propósito por políticos de anteriores administraciones. El enemigo interno. Dicen en la Casa de Nariño que no era un ataque a ningún funcionario puntual, que era una idea filosófica simplemente. Nunca sobran los trámites y requisitos que resultan naturales para cualquier gobernante de cualquier país. El problema es que algunos quieren creer que las cosas pasan por que las piensan o las trinan.

Una cosa es decir, otra bien diferente es hacer. Petro es muy elocuente y se caracteriza por discursos elaborados y efectivos. A la hora de resultados de ejecución es bastante discreto. Solo basta recordar lo muy poco que logró como alcalde de Bogotá: peatonalizar la séptima, prohibir los toros y uso de caballos en las calles, todo el lío de servicio de las basuras por el cual lo destituyeron y de resto trinos o discursos desde su balcón transmitidos por Canal Capital. Lejos de ser alcalde brillante, usó el cargo como un escalón más en su carrera por la campaña presidencial.

En el caso actual hay varios elementos internos que son un freno a los objetivos del gobierno y del Presidente. El ego, la terquedad, la arrogancia, la soberbia y la incapacidad de trabajar en equipo son los ingredientes que hacen parte de la receta Petro. Algunos especialistas en sicología señalan que este perfil, que todos sabemos tiene el mandatario actual, lo convierten en su propio peor enemigo. Cuando pasó por la Alcaldía de Bogotá, algunos de sus más cercanos colaboradores renunciaron rápidamente como Antonio Navarro, Eduardo Noriega y varios más. Noriega y Navarro en privado explicaron que era “imposible” trabajar con la terquedad y autoritarismo de Petro. Hasta los más fundamentalistas aceptan que no es un líder fácil de seguir en el día a día. Los líderes que llevan la batuta al son de su terquedad inevitablemente terminan estrellándose duro contra la realidad.

La misma esposa se lo dijo en campaña, lo cual se conoció por los vídeos filtrados. No se las sabe todas y debe rectificarse a sí mismo. Mi sugerencia para el presidente Petro es que deje atrás a su propio enemigo. Cambio de frente antes de que la terquedad lo lleve a graves e irreversibles problemas de salud. Presidente Petro usted es su propio peor enemigo interno.

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