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Analistas 26/06/2014

Colombia Feliz

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Mañana la Selección Colombia enfrentará a Uruguay por la fase de octavos de final del Mundial Brasil 2014 y el escenario tiene las variables necesarias de un electrizante encuentro de emociones impredecibles. El partido se jugará en el Estadio Maracaná de Rio de Janeiro, donde Uruguay en 1950 dejó a Brasil sin su primera Copa del Mundo. El famoso “Maracanazo”, que los uruguayos esperan repetir, lo complica un equipo con suerte como Colombia. Nosotros, sin hacer nada, observamos cómo su principal figura goleadora Luis Suárez, fue sancionado ayer por la Fifa con nueve fechas por el mordisco en el partido frente a Italia. Como dicen popularmente, “de malas por ellos”.

Lo que estamos viviendo en el país por cuenta de la Selección nos debe llevar necesariamente a varios puntos de reflexión. Así ganemos o perdamos mañana, debemos recordar que somos un país que venía de tres mundiales sin participar. La era de Pékerman comienza con el final de la crisis de Hernán Darío Gómez, y la emergencia de Leonel Álvarez como entrenadores. En su momento la Federación Colombiana de Fútbol adoptó la sugerencia del presidente Santos de explorar la posibilidad de un técnico extranjero en pleno comienzo de la eliminatoria. En su momento la Federación buscó un líder de proyecto que nos volviera a llevar a un Mundial. Ese objetivo se cumplió de lejos, pues nadie se imaginaba que Colombia terminara con tres victorias y nueve goles a favor en la fase de grupos. De Pékerman nos debe quedar también como gran enseñanza la importancia de la planificación, el trabajo en equipo y la mentalidad ganadora, necesaria no solo en competencias deportivas sino en la vida académica, las empresas, el gobierno y en general en la sociedad.

La forma como se desarrolló la primera fase permite pensar en grandes cosas a nivel económico para nuestro fútbol. En el centro de prensa de Rio de Janeiro, donde he observado la gran mayoría de los partidos del campeonato, se percibe que los colegas de otros países preguntan continuamente por los jugadores colombianos como Jackson Martínez y James Rodríguez. Es natural que ahora los jugadores de nuestra liga local se valoricen un poco. Los casos aislados de jugadores como Adrián Ramos en Alemania, Santiago Arias en Holanda o Carlos Bacca en Bélgica, ahora seguramente se unirán a muchos compañeros más. El mismo fenómeno va a pasar con Costa Rica, primer lugar en el grupo donde compartía con tres países campeones mundiales. Es muy destacable el trabajo del entrenador colombiano Jorge Luis Pinto, quien armó un equipo con pocas figuras y hoy  suena su teléfono a diario para dirigir los importantes equipos del mundo. Me alegro por Pinto. Lo conozco hace años y siempre ha trabajado por esto, un empírico del fútbol, un obsesionado con la teoría, hoy se ven los frutos de décadas de trabajo duro.

No solamente los futbolistas y sus empresarios ganarán. Las marcas que han invertido con sus patrocinios en la Selección y los equipos del fútbol profesional colombiano también van a comenzar a ver un mayor retorno sobre su inversión. Seguramente algún economista desocupado en el mundo habrá calculado la correlación entre los resultados deportivos en un Mundial y el nivel de aumento en el PIB del respectivo país. Hoy la correlación es absolutamente emocional y eso puede hacer toda la diferencia mañana en la cancha. Colombia gana como país, más allá de la simple mirada futbolística. El equipo está feliz y nos han hecho felices a todos. Colombia por unos días unida. Colombia feliz.

Ñapa: La próxima semana comienza en nuestro país el período donde los usuarios de la telefonía móvil celular no dependen de los operadores tradicionales para comprar sus teléfonos. Ahora la gente no tendrá que convivir con las odiosas cláusulas de permanencia mínima, pero necesariamente los terminales subirán de precio y por ende el robo de celulares en las calles se aumentará, por el atractivo precio de reventa. Las autoridades, la CRC, el Mintic y la Policía no han presentado un plan de medidas necesario para el inevitable aumento en el robo de teléfonos que se nos viene. Ojalá no tengamos más muertos por robos de un celular.

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