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¿La guerra digital entre EUA y China es reciente? No. ¿Comienza con DeepSeek? No. ¿Impacta en la geopolítica digital y futuro de la economía global? Sí.
China. En 2017, un reporte publicado (Informe de talento global de inteligencia artificial) señalaba que, dentro de las 700 personalidades más importantes en IA, “EUA supera por más del doble a China”. Según el reporte, se contaba, además, con un total de 1,9 millones de profesionales en el campo de la IA. La mayoría estaba en Estados Unidos y solo unos 50.000 en China.
El 8 de julio de 2017, el Consejo de Estado de China lanzó el Plan de Desarrollo de la Nueva Generación de Inteligencia Artificial, donde señalan que “serán pioneros en el desarrollo de la Inteligencia Artificial y una potencia mundial en ciencia y tecnología”.
Poco después, el presidente Xi Jinping emite el histórico discurso donde anuncia que China será potencia en IA en 2030. Desde entonces, China ha invertido más de US$150,000 millones. China lidera la carrera de patentes de IA en términos de volumen (Ompi). Entre 2014 y 2023, más de 38.000 invenciones de IA generativa son de China, casi seis veces más que EUA.
El golpe digital llega con DeepSeek, al día siguiente de los anuncios de US$500.000 millones por parte de OpenAI y SoftBank, y del mega data center de Zuckerberg.
La app de esta compañía llegaba con una eficiencia comparable a ChatGPT, una inversión de US$6 millones y el uso de 10.000 procesadores Nvidia. Pero el golpe estratégico fue su gratuidad y código abierto. Un golpe efectivo de propaganda en la línea de flotación de la geopolítica digital. ¿El efecto?, un desplome de casi US$600.000 millones de valor de Nvidia y una serie de cuestionamientos al modelo norteamericano de desarrollo tecnológico.
Prudencia, esto es circunstancial y con efecto propaganda. Mustafá Suleyman, presidente de Microsoft IA, señaló en su libro “La ola que viene”, que “un atributo central de la tecnología es su tendencia a volverse más barata, más eficiente y a difundirse cada vez más”. Esto es la ley de Moore, cuando señala que cada dos años se duplicará la capacidad de procesamiento de datos.
Satya Nadella, CEO de Microsoft, da un golpe a su socio OpenAI y anuncia que “pronto podrán usar el modelo R1 de DeepSeek con Copilot+ y en el vasto ecosistema de GPUs (procesadores gráficos) disponibles en Windows”.
Europa. Responde con urgencia y presenta “La brújula de la competitividad”, donde propone cerrar la brecha de innovación, simplificar normas, leyes y apoyar el desarrollo de nuevas tecnologías: materiales avanzados, Inteligencia Artificial, cómputo cuántico, biotecnología, robótica y tecnologías espaciales
China lleva ocho años de inversión en IA y su avance es espectacular. La pequeña cantidad de dinero y pocos procesadores de DeepSeek, son una mezcla de realidad y propaganda. EUA domina en términos de impacto, eficiencia tecnológica e inversiones la IA. Tiene dominio en el corazón de la IA: los procesadores. Las patentes estadounidenses se citan casi siete veces más por su calidad, que las patentes chinas y concentran las mayores inversiones directas.
La guerra se disputa entre Estados Unidos y China, muy atrás Europa, que vende su modelo con los valores de Occidente.
Esta es la guerra de un dragón bicéfalo, donde una cabeza busca la hegemonía moral y la otra, la economía digital del mundo.