Doctrina Monroe-Trump: la geopolítica digital

Estados Unidos de América (EUA) tiene prisa por dejar claro su prioridad económica y geopolítica en el mundo y América Latina. Esto no va a cambiar; por el contrario, debemos comprender la visión norteamericana. La ideología no es un buen filtro para comprender y actuar en este momento.

Doctrina Monroe: La intervención de EUA en América Latina ha sido ocasionada por “la discapacidad de los gobiernos locales de resolver asuntos internos desde el punto de vista de EUA”. El presidente Roosevelt postulaba que “los desórdenes internos de las repúblicas latinoamericanas constituían un problema para el funcionamiento de las compañías comerciales estadounidenses establecidas en esos países, en consecuencia, los EUA debían atribuirse la potestad de restablecer el orden, primero “hablando de manera suave”, y finalmente recurriendo a la intervención con “el Gran Garrote”, en caso de no obtener resultados favorables.

James Monroe y su secretario de Estado, John Quincy Adams, advirtieron que cualquier acción de potencia europea contra los países independientes de América “con el propósito de oprimirlos o controlar de cualquier manera su destino”, sería vista como “una disposición inamistosa”.

El presidente Trump presentó un mensaje por el aniversario de la Doctrina Monroe la semana pasada. Un mensaje que pasó inadvertido. En él, reafirmó la visión de America First , “la paz mediante la fuerza”, y declaró a América Latina como “espacio vital” para la seguridad nacional de EUA.

Estrategia de Seguridad Nacional. Este documento es una estrategia con origen en la doctrina Monroe y extendido a la seguridad nacional. Detalla los objetivos y medios para proteger sus intereses en el mundo. El mensaje central busca impedir que potencias “extra hemisféricas” (China, Rusia y Europa) adquieran influencia estratégica en la región (el continente americano, incluida América Latina), reforzando la supremacía estadounidense.

América Latina. EUA pretende consolidarse como socio preferente en comercio, inversión y seguridad, condicionando acuerdos con China y Europa. Además, prioriza el control de rutas marítimas y la cooperación para frenar la migración y el narcotráfico.

China. La estrategia identifica a China como principal competidor, pero no su enemigo, bloqueando su acceso a activos estratégicos en América Latina y promoviendo alianzas para fortalecer la seguridad. China cuenta con su programa, “La ruta de la seda”, para conectar a China con el resto del mundo mediante “la construcción de infraestructura: carreteras, puertos y ferrocarriles” y así aumentar su influencia económica y política.

Europa. Trump criticó a Europa, advirtiendo sobre una “erosión cultural” y su posición en materia de libertad de expresión. La UE cuenta con “Global Gateway” que ya influye en la América hispana y “promueve vínculos en los sectores digital, energía, transporte, salud y educación”.

La doctrina Monroe-Trump en materia de geopolítica digital es clara. EUA ya no está dispuesta a conceder más influencia a estos actores y, para efectos del mundo digital, el presidente Trump ha expedido más de siete órdenes ejecutivas promoviendo y protegiendo su tecnología y a las empresas que la desarrollan.

¿Es malo? No. ¿Es una oportunidad? Sí. La política pública debe buscar una aproximación estratégica sensata que combata la marginación digital y promueva la innovación y competitividad de Colombia.