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Analistas 12/03/2025

Diplomacia digital: La conversación incómoda

Jorge Fernando Negrete P.
Presidente de Digital Policy & Law

En materia digital, Europa ha diseñado una estructura legislativa, regulatoria y de política pública para preservar sus valores democráticos, derechos humanos y mercado. Esto ha resultado en una enorme cantidad de multas y litigios en materias como impuestos, libertad de expresión, competencia económica, protección al consumidor, protección de datos personales e inteligencia artificial, entre otras.

Las empresas tecnológicas se sienten asediadas en el viejo continente. A la larga lista de Órdenes Ejecutivas vinculadas a la tecnología digital, el presidente Trump, suscribió una más para “prevenir la explotación injusta de la innovación estadounidense”.

Esta directiva tiene como objetivo proteger las empresas y los innovadores estadounidenses de lo que denomina “extorsión extranjera”. Una dura expresión que refleja el enojo de las empresas digitales y del gobierno de Trump contra los reguladores.

La directiva señala que “considerará acciones de respuesta como aranceles para combatir los impuestos a los servicios digitales (DST), multas, prácticas y políticas que los gobiernos extranjeros imponen a las empresas estadounidenses”.

Esto es relevante, ya que claramente señala las materias del debate, repito: impuestos, multas, prácticas y políticas. En pocas palabras, la acción pública de los países. A la reacción del vicepresidente JD Vance, durante la cumbre de IA en París, Europa detuvo un lineamiento de Inteligencia Artificial, pero esta directiva ocurre previo al encuentro más grande de tecnología del planeta y que está en Europa, el MWC.

El gobierno de Trump considerará acciones como la imposición de aranceles para combatir los impuestos sobre servicios digitales (DST) y otras prácticas que los gobiernos extranjeros imponen a las empresas estadounidenses. Señala el documento que “estos impuestos permiten a los gobiernos extranjeros recaudar ingresos fiscales de las empresas estadounidenses porque operan en sus mercados, aunque no estén sujetas a su jurisdicción”. Vamos a tener problemas de jurisdicción en el futuro.

La directiva entra en el terreno de las investigaciones internacionales, y ordena al Representante de Comercio de Estados Unidos, Ustr, que renueve las investigaciones sobre los DST y examine cualquier país adicional que utilice un DST para discriminar a las empresas estadounidenses.

Además, la administración revisará si alguna política en la Unión Europea o el Reino Unido “incentiva a las empresas estadounidenses a desarrollar o usar productos y tecnología de manera que socaven la libertad de expresión o fomenten la censura”. Esto es la entrada directa a un conflicto por la supremacía de valores. Europa ya lo hacía, EUA responde de la misma forma.

Estamos frente al inminente choque de civilizaciones. La libertad de expresión y los derechos humanos en Occidente a debate, en conflicto y con la tecnología digital, como instrumento de la discordia.

Las oportunidades de América Latina son enormes. América Latina, con más de 600 millones de población, debe buscar un mercado digital único, diseñar una sola visión digital con neutralidad tecnológica para combatir la pobreza, generar empleos, dinamizar la economía y la innovación.

La conversación con EUA y Europa debe ser ordenada, apasionante, constructiva y puede fortalecer las inversiones en la región. Debe nacer en este contexto, la diplomacia digital.

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