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Analistas 21/12/2020

¿Se queda el liderazgo remoto?

Jorge David Páez Monroy
Director General del Instituto Forum - U. de la Sabana
Analista LR

Nos llegó el nuevo año con la normalidad del confinamiento. Pasaremos un diciembre con unas restricciones que nunca imaginamos. Ahora, debemos planear nuestro 2021, con la esperanza de vivir una “normalidad, más normal”, y de buscar las metas y objetivos postergados en este, el año más estigmatizado de la época moderna, el famoso 2020 de la pandemia.

Son muchos los sectores que debieron ajustarse a la situación y, aunque unos más que otros, el de la educación fue uno de los más afectados. Sin embargo, se demostraron la agilidad y el ajuste adecuados, descubriendo una serie de modalidades y de metodologías que permiten una entrega académica integral, e incluso a veces más personalizada, ajustada a las necesidades y a las condiciones de cada estudiante.

Sin duda, la tendencia actual está encaminada hacia los nuevos conceptos de liderar a la distancia o por mediación de las TIC. En el área empresarial, los programas en gerencia y gestión, con un gran valor en la formación académica y en los conceptos que imparte, forman también a los líderes que ocupan o llegarán a ocupar altos cargos en las organizaciones.

Es destacable un factor determinante al momento de establecer un programa de estudio: el compromiso de las universidades por educar a sus estudiantes en conceptos académicos y en la formación de personas con valores y principios que lleven a la construcción de una mejor sociedad. Ahora, se requieren líderes con competencias y destrezas acordes con los tiempos, deben ser rápidos, sobre todo con capacidad de adaptación a los cambios.

Liderar equipos desde la virtualidad ha sido el principal reto de muchos gerentes. Ejercemos ahora muchas cualidades laborales, como la confianza, disponibilidad, seguimiento, planeación, flexibilidad, etc.

Esta última salió a relucir porque debimos adaptarnos con rapidez a las nuevas situaciones personales y laborales; debimos reprogramar el trabajo. Esos imprevistos de la conectividad y otros aspectos más dificultan las decisiones. Algunas de estas se toman, pero sin la plena consciencia de ello y solo basados en la experiencia.

Otra circunstancia es el desarrollo de conocimientos de una manera focalizada y en distintas áreas. Por eso, una buena opción es la educación continua, que refuerza los conocimientos puntuales en conformidad con las necesidades específicas de un trabajador en una organización. También es un factor de elección cuando se requiere una actualización de conocimiento.

Es necesario pensar en superar con entereza estas circunstancias de salubridad. Aunque éstas limitan el trabajo, también dan la opción de ser recursivos y de superar las adversidades. Así, daremos sentido y sostenibilidad, tanto personal como empresarial, a nuestra existencia. Ante el cambio social y cultural que se presenta, se afectaron, además de las organizaciones, sobre todo las familias y las personas.

Estamos aprendiendo a resistirnos menos a los cambios para implementarlos en nuestro diario vivir, desde las instrucciones directivas en cada empresa o ejerciendo un liderazgo que inspire y permita una alineación entre los proyectos de vida de cada familia, y las propuestas de las empresas donde laboramos.

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