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Analistas 18/02/2021

Universidad, gestión humana e investigación

Analista LR

Las universidades en Colombia son organizaciones cada vez más complejas. Desde la década del noventa, del siglo pasado, con la llegada de la apertura económica, el modelo organizacional de la universidad se ha visto orientado por lo que en el mundo se llama universidad de investigación.

Es decir, una universidad que se piensa más allá de la docencia y donde la investigación juega un papel central en la mejora de la misma docencia y en la calidad de los servicios que presta a la sociedad.

Hoy día los rankings de universidades incluyen como una dimensión clave de posicionamiento la cantidad y la calidad de investigación. Por lo tanto, una mejor investigación se convierte en un objetivo estratégico de la universidad y requiere gestión. Dentro del conjunto de prácticas administrativas, la universidad ha encontrado en las prácticas de gestión humana una herramienta importante para mejorar la calidad de sus profesores y en consecuencia la calidad de la investigación.

En otras palabras, la universidad ha aprendido a aplicar lo que se enseña en los programas de administración; que el talento humano es el eje de la competitividad y que requiere de una buena gestión para mejorar su productividad. En una investigación reciente de la Pontificia Universidad Javeriana, con una muestra de 422 profesores de diferentes universidades colombianas, se encontró que la producción intelectual de los profesores estaba relacionada positivamente con las prácticas de gestión humana.

Es decir, las prácticas de formación y capacitación, de fomento a la autonomía en el trabajo, de gestión del desempeño, del diseño de sistemas de compensación, de selección de profesores, y de fomento al trabajo en equipo, tenían efectos positivos sobre el nivel y calidad de la productividad de los profesores en términos de investigación.

Si bien se encontró que las prácticas de gestión humana valoradas en conjunto tenían efectos positivos sobre la productividad académica, lo interesante es que se identificaron algunas prácticas con mayor efecto sobre la investigación. En particular, se encontró que aquellas que promovían la formación, la capacitación, la autonomía y el trabajo en equipo, eran las que más explicaban el buen desempeño académico de los profesores. Las lecciones para la universidad como organización orientada a la investigación son claras. La universidad debe invertir en la formación de doctores, debe favorecer la autonomía del profesor para diseñar su carga de trabajo, y debe fomentar el trabajo en equipo en los llamados grupos de investigación.

El hallazgo empírico que relaciona positivamente investigación con gestión humana no es trivial. Corrobora desde otro ámbito de estudio que la apuesta por el talento humano es un factor clave de competitividad. Además, si una universidad aplica las buenas prácticas de gestión humana para su personal docente se encontrará más rápido en la senda de una universidad de investigación. Aquella que prepara mejor y con mayor pertinencia a sus estudiantes para el mundo del trabajo, y que tiene una relación con la sociedad en general, y con el sector productivo en particular, basada en el conocimiento.

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