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El lunes viví uno de esos momentos que se quedan tatuados en la memoria. De esos que uno sueña, sin saber cuándo llegarán. Y el momento llegó, mi primera vez en escenario tal, ante más de 15.000 personas en el Movistar Arena y más de 120.000 conectadas virtualmente, en la convención de Abelardo de la Espriella. Fue emocionante y profundamente inspirador. La energía que sentí ese día me confirmó algo: hay esperanza.
Mi mensaje fue el mismo que he reiterado en estas páginas: Colombia necesita una alianza por la supervivencia democrática. En las elecciones de 2026 nos jugamos la libertad. Por eso, oposición y antipetrismo deben unificar candidaturas para impedir que el proyecto autoritario de Gustavo Petro continúe y termine de hundir al país.
Por eso me entusiasma la idea de una gran consulta en marzo. Ojalá el Centro Democrático haga su proceso interno, como propone Germán Vargas Lleras, para llegar con un candidato único. Y ojalá esa consulta incluya no solo a la oposición, sino también a quienes representan el antipetrismo democrático: Abelardo de la Espriella, Vicky Dávila, Juan Carlos Pinzón, Enrique Peñalosa, Sergio Fajardo, Juan Manuel Galán, entre otros.
Algunos dirán que es imposible ver en la misma consulta a Abelardo y a Fajardo, por poner un ejemplo. Yo digo lo contrario. Comparten algo esencial: la convicción de que Colombia debe seguir siendo una democracia liberal, con libertades económicas e individuales y con respeto institucional. Es momento de dejar la pureza ideológica de lado: nos estamos jugando el todo por el todo.
El mecanismo es simple: el ganador va a la Presidencia, el segundo a la Vicepresidencia.
¿Se imaginan un Abelardo-Fajardo? ¿Abelardo-Pinzón? ¿Pinzón-Peñalosa? Sería un mensaje de madurez y pragmatismo: aquí cabemos todos los que creemos en la libertad. Lo que nos une es más fuerte que lo que nos separa.
Yo apoyaré a quien cumpla tres requisitos: defender la vida, la libertad y la propiedad; preservar la democracia; y, sobre todo, que pueda derrotar el socialismo de Petro.
Y si algo entendí esa noche es que Abelardo tiene fuerza electoral real para lograrlo. Es la primera vez que tantos artistas, humoristas, cantantes, futbolistas y presentadores apoyan abiertamente un proyecto político de derecha. Le está quitando terreno a Petro en la cultura popular. Y eso importa. Tener el respaldo de figuras queridas por los colombianos le da un plus para conectar con los sectores populares. No me sorprendería que en las próximas encuestas Abelardo tenga fuertes apoyos en estratos 1, 2 y 3.
Del lunes me quedó algo más fuerte que la emoción: me quedó esperanza. Esta vez es diferente. Abelardo está llegando a lugares a los que la derecha nunca había llegado. Ahora confío en que se rodee de un equipo programático sólido y detalle su plan para salir de la crisis económica y de seguridad que dejará el petrismo.
Con unión entre el antipetrismo y la oposición, un acuerdo sobre lo fundamental que resalte la importancia de la libertad y la democracia y con el respaldo popular, esta vez sí podremos derrotar al petrismo. Nos jugamos el todo por el todo.
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