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Analistas 12/03/2022

Neutralidad en tiempo de guerra

Javier Villamizar
Managing Director

Suiza históricamente y por política de estado, se ha mantenido neutral durante los conflictos armados desde el 20 de noviembre de 1815, como mecanismo de garantía de integridad e inviolabilidad de su territorio, acogiéndose a una doctrina del derecho internacional por la cual se le imponen ciertas obligaciones como Estado neutral: No puede apoyar a ninguna de las partes con su ejército o con armas; no puede poner su territorio a disposición de una parte beligerante; y no puede unirse a ninguna alianza militar. El mantenerse neutral no impide que Suiza represente sus valores en el mundo y tampoco prohíbe su participación en sanciones económicas.

Suiza tuvo que reevaluar su rol de Estado neutral de manera inesperada en el momento en que Vladímir Putin decidió invadir a Ucrania haciendo que los ojos del mundo entero se enfocaran en un conflicto que lleva mas de dos décadas. En cuestión de horas, luego de que las tropas rusas penetraran las fronteras ucranianas en varios frentes, la presión internacional hacia la imposición de sanciones económicas a Rusia se incrementó rápidamente. Suiza no tuvo mas opción que unirse a sus vecinos de la Unión Europea y activar una amplia gama de sanciones a Rusia, a Vladímir Putin, a su círculo cercano y a la oligarquía rusa en general. Si Suiza no hubiera cedido en el tema de las sanciones, podría haber sido objeto de estas por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.

El efecto inmediato de este bloqueo financiero y la desconexión de los bancos rusos del sistema de mensajería para transferencias bancarias internacionales (Swift) se sintió de inmediato y le generó un dolor de cabeza adicional a Putin en adición al tema político, el militar y a la lucha contra una inflación galopante. Es de esperarse que, gracias a las sanciones impuestas, la economía rusa, que representa US$1,5 billones (7% del tamaño de la estadounidense), se deteriore de manera acelerada. El efecto inmediato al saberse que el banco central ruso había perdido acceso a sus reservas extranjeras fue una aparatosa y pronunciada caída del rublo.

Aparte de Suiza, el mundo de las criptomonedas, una industria construida sobre los principios de la de-centralización y la neutralidad, tuvo que tomar partido en el conflicto de manera activa y realizar acciones conducentes a frenar posibles mecanismos de evasión a las sanciones económicas impuestas a Rusia. Coinbase y Binance, dos de las mas grandes plataformas de compra y venta de criptomonedas, tuvieron que bloquear miles de direcciones vinculadas a Rusia que se cree, estarían relacionadas con actividades ilícitas. Vale la pena resaltar que Rusia ocupa el puesto 18 en el mundo en adopción de criptomonedas con mas de US$200.000 millones en esta categoría de activos digitales, representando cerca de 12% del valor total de la industria. Rusia también ocupa el tercer lugar en minería de bitcoins, justo detrás de EE.UU. y Kazajstán, otro país que hace parte de la órbita de Moscú.

El mismo Vitalik Buterin, creador de Ethereum, que nació en Rusia en los años inmediatos al colapso de la Unión Soviética, antes de emigrar con su familia a Canadá en 2000 (el mismo año en que Putin llegó a la Presidencia) se ha manifestado enérgicamente en contra del conflicto y sus implicaciones en la neutralidad de las criptomonedas. En un tuit reciente, Buterin recordó a sus seguidores “Ethereum es neutral, pero yo no”.

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