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Analistas 15/08/2012

El espectro de la equidad y la libre competencia

Javier Villamizar
Managing Director
La República Más
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La telefonía móvil celular se inició en Colombia hace mas de 15 años y durante este período ha experimentado un crecimiento acelerado desde el punto de vista de suscriptores, cobertura y servicios, así como una migración tecnológica a la par de los estándares utilizados actualmente en los mercados desarrollados. Hoy en día y luego de varias fusiones entre los adjudicatarios originales, además de la entrada de un nuevo jugador en el año 2002, el país cuenta con 3 operadores móviles con cobertura nacional, 2 de los cuales poseen más del 80% del total de los usuarios reportados, lo cual, aunque tenga un aroma oligopolístico, contrasta con el hecho de que las tarifas de voz móvil son de las mas bajas del mundo.

Un elemento fundamental para la prestación del servicio móvil es el acceso a suficiente espectro radioeléctrico, un bien que pertenece al Estado y que históricamente ha sido concesionado a través de concursos y subastas que permiten un acceso justo y generan importantes ingresos para las arcas de la Nación. A medida que los operadores móviles crecen en número de suscriptores y tráfico, así como con la implementación de servicios avanzados de transmisión de datos, principalmente enfocados al internet móvil, se hace necesario el acceso a una mayor cantidad de espectro.

Desde el punto de vista del Estado, existen motivaciones muy claras para liberar segmentos del espectro y subastarlos al mejor postor, estas van desde el deseo de promover la popularización y el crecimiento de la oferta de banda ancha, cuyo efecto en la productividad es innegable, pasando por la idea de traer nuevos jugadores que generen una tensión competitiva y mantengan un equilibrio en el mercado, hasta el simple interés económico debido al potencial monto de ingresos que se pueden percibir al ofertar un recurso escaso, entre varios interesados.

En cuanto al objetivo de ayudar a incrementar la oferta de servicios de acceso a internet y así frenar el crecimiento de la llamada brecha digital, el efecto potencial que la oferta de nuevo espectro pueda generar es discutible, aunque es un hecho que mas espectro incrementa la capacidad de las redes, el que haya mas espectro disponible es una condición necesaria mas no suficiente. Considerando que los operadores son empresas con ánimo de lucro y con objetivos claros de rentabilidad, no es lógico pensar que tengan incentivos para bajar precios o para cubrir mercados con bajo potencial de ganancias.

En otros mercados, el forzar la entrada de un nuevo operador con el ánimo de incrementar la competencia, reservando segmentos de espectro y ofreciéndoles condiciones privilegiadas dentro del marco de la subasta, no necesariamente ha generado el efecto pensado. En el caso particular de Colombia uno podría elucubrar que mas allá de un interés por generar una presión competitiva que beneficie a los usuarios, privilegiar a un operador entrante, como podría serlo un operador internacional, Avantel o la misma ETB, empresa del Estado y cuyos intentos de privatización han sufrido múltiples tropiezos, se podría ver como una manera de ayudar a “vestir a la novia” con un recurso que podría tener valor estratégico para un potencial comprador o simplemente como una manera de proveerlos con un activo que puede ser monetizado con ganancias a través del mercado secundario de espectro. Otras condiciones favorables ofrecidas a un nuevo jugador, como sería el caso de tener acceso irrestricto y preferencial a las redes de los operadores actuales, mientras construye su propia infraestructura, podría de nuevo generar el incentivo equivocado y crear la oportunidad para que un segmento de espectro se vuelva un “terreno de engorde” con el fin de venderlo en el futuro.

En otros países donde se ha buscado “reservar” espectro para un nuevo entrante se han encontrado fórmulas que garantizan el acceso a nuevos operadores y al mismo tiempo se definen condiciones que compaginan los dos intereses, el de incentivar y garantizar el acceso al espectro para los nuevos y la protección del interés patrimonial del Estado, obligándole a pagar al entrante el valor de mercado por megaciclo que se alcance en la subasta del espectro no reservado. Aunque no es una fórmula perfecta, por lo menos tiene mas visos de equidad que la simple reserva.

La política abierta y transparente del Ministerio TIC con respecto a la forma en que se realizará la subasta, a través de consultas y foros donde todos los participantes opinan, pareciera indicar que las reglas del concurso van a ser equitativas y buscarán el bien común, solo queda rogar para que ojalá los intereses políticos y los compromisos politiqueros no desvíen el proceso.

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