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Analistas 26/02/2022

¿Criptoinvierno?

Javier Villamizar
Managing Director

Hace unos días, el presidente salvadoreño Nayib Bukele anunció una serie de proyectos de reformas constitucionales que van desde la eliminación de muchos trámites burocráticos y la creación de incentivos fiscales hasta el otorgamiento de la ciudadanía a quienes inviertan en la pequeña nación centroamericana. El Salvador, país que se ha convertido en el abanderado número uno de las criptomonedas, en particular del bitcoin, tiene además todo listo para lanzar la emisión de los “bonos volcán” de bitcoin, con la que pretende recaudar cerca de US$1.000 millones, los cuales se utilizarían para construir la primera ciudad de bitcoin del mundo.

El tema arrancó el año pasado, mientras la mayoría de las organizaciones internacionales, incluidos el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, seguían emitiendo advertencias contra los efectos nocivos del uso de bitcoin como moneda de curso legal, El Salvador hizo historia cuando se convirtió en el primer país del mundo en hacer de bitcoin una moneda de curso legal junto al dólar estadounidense, medida que , el país habría logrado un crecimiento del producto interior bruto superior a 10%, el más alto de su historia.

La volatilidad a corto y mediano plazo de una criptomoneda como el bitcoin que en 2021 alcanzó precios cercanos a los US$70.000 por cada unidad y que esta semana ronda por los US$38.000, podría interponerse a los planes de El Salvador así como de los llamados maximalistas del bitcoin debido a la llegada de lo que algunos analistas se han atrevido a pronosticar: el cripto-invierno.

Sin embargo, un posible cripto-invierno podría ser bastante útil para la industria del “blockchain” al dar un impulso en la mejora de la tecnología, según el mismo Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum, para quien el hecho de que los precios de las criptomonedas estén estables a bajos niveles y haya menos flujo de capital hacia el espacio, contribuiría a nutrir los proyectos sostenibles a largo plazo, separando la paja del trigo y haciendo que los desarrolladores de aplicaciones se concentren en crear nuevos productos y mejorar los actuales. Según Buterin, “los inviernos son el momento en el que muchas de esas aplicaciones caen y se puede ver qué proyectos son realmente sostenibles a largo plazo, tanto en sus modelos como en sus equipos y su gente”.

Otros factores que pueden afectar el comportamiento de esta industria son: la posible subida de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos en 2022 y los movimientos regulatorios que están empezando a acelerarse en varios países como respuesta a la especulación desenfrenada en las redes de criptomonedas. No es descabellado pensar que luego de 2021, donde los volúmenes transados en redes DeFi y en tokens no fungibles (NFTs) superaron registros históricos, será inevitable una mayor supervisión de parte de entidades gubernamentales que buscarán proteger a los consumidores y contribuir a la estabilidad del sistema financiero.

Por otro lado, es innegable que el mundo se encuentra ad-portas de una revolución que potencialmente llevará a las tecnologías de “blockchain” a jugar un papel similar al que tuvieron los protocolos de internet en los noventa. Todo indica que no importa que tan largo sea el cripto-invierno, se avecina un período trascendental en sectores como el financiero, donde la descentralización jugará un papel increíblemente importante.

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