.
Analistas 02/06/2018

Abusando del poder de la confianza

Javier Villamizar
Managing Director

Una de esas frases célebres que circula en internet dice que la “confianza toma años en construirse, segundos en romperse y toda la vida para repararse”. El éxito de los negocios y de las relaciones interpersonales se basa en la confianza que es esa creencia o fé persistente que alguien tiene, en una creencia, en otra persona o en un grupo.

Es parte de la naturaleza humana el desarrollar confianza en otra persona y aun cuando no precisamente sea alguien que conocemos, ese sentimiento tiene mucha influencia a la hora de tomar nuestras decisiones.

Una de las razones por la que las celebridades adoran las redes sociales es la facilidad con la que pueden comunicarse con sus seguidores, creando vínculos afectivos que van más allá del talento y de la admiración, convirtiéndose en una especie de consejeros sobre su vida privada, sus preferencias, sus gustos y hasta en donde o como gastan su dinero.

Los llamados “influencers” de las redes sociales generan un nivel de confianza con sus seguidores y adquieren poder para movilizar a las personas y conseguir un peso importante en la toma de decisiones.

Años atrás se creía que solamente los famosos del cine y la televisión eran capaces de movilizar masas, pero actualmente, la masificación del internet y de las redes sociales y el rol que han tomado en cada aspecto de nuestras vidas, ha hecho que personajes de otra manera serían irrelevantes, como los llamados “Youtubers” o uno que otro romántico escritor de mensajes en Twitter terminen siendo reconocidos a nivel internacional por millones de personas.

El poder que los influenciadores tienen en las redes sociales explica parcialmente la forma en que las llamadas “fake news” o noticias falsas se dispersan de manera viral.

Hemos llegado a un momento crítico de la sociedad moderna donde los instrumentos digitales de comunicación masiva alcanzan a tener mayor credibilidad que los verdaderos expertos e incluso la autoridad legítima. Para el consumidor moderno, la experiencia y la credibilidad parecen estar sustentadas por lo que anunciemos en nuestros perfiles y por el número de seguidores que tenemos en las redes sociales, sin darle mayor importancia a la trayectoria profesional, los conocimientos, el bagaje intelectual o los estudios y experiencia que nos acreditan.

El usuario promedio de redes sociales le da mas peso a la instantaneidad en la entrega informativa y a la influencia de los círculos de referencia debido a la falta de confianza en estamentos del gobiernos y empresas. Muchos personajes que han construido personalidades relevantes en las redes sociales abusan de la confianza que sus seguidores depositan en ellos y de su poder de convencimiento.

En particular, en tiempos de campañas electorales es aterrador como el ciudadano de a pie le da credibilidad de una manera incuestionable a información no confirmada, viralizada a través de un canal de comunicación no oficial y cuya fuente es otro individuo.

La valoración otorgada a la información que se nos comparte por los influenciadores en las redes sociales es equivalente a la de medios creíbles, haciendo que una publicación inocua en WhatsApp, Twitter, Instagram o Facebook, tenga la capacidad de movilizar a millones de personas.

Es importante reflexionar sobre como la confianza en un personaje con influencia en un medio digital radica 100% en el grado personalización de la información. El hecho de que sea un conocido, una persona de mi círculo más íntimo o un personaje famoso el que me envía la noticia, nos hace pensar (falsamente) que debemos creer sin cuestionamientos.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA