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Analistas 09/11/2023

Innovación: ¿una década perdida para Latinoamérica?

Hernán David Pérez
Asesor en transformación digital y productividad

Recientemente, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual dio a conocer el Índice Global de Innovación (GII por sus siglas en inglés) correspondiente a 2023. A nivel mundial, Suiza se mantiene en la cima al ocupar el primer lugar por decimotercer año consecutivo. Le sigue Suecia en la segunda posición, superando a Estados Unidos y al Reino Unido. Singapur completa el top cinco, ingresando por primera vez en este selecto grupo. En cuanto a Latinoamérica, el ranking lo lideran Brasil (49 a nivel global), Chile (52), México (58), Uruguay (63) y Colombia (66).

Un aspecto que invita a la reflexión es el progreso que algunos países han logrado en la última década. Por ejemplo, Irán ha escalado impresionantemente desde la posición 113 hasta el puesto 62, a pesar de enfrentar restricciones comerciales para el acceso a tecnologías extranjeras debido a su contexto político. Por su parte, Vietnam ha ascendido 30 puestos y ahora se ubica en el lugar 46, superando a todos los países de Latinoamérica.

Al contrastar el desempeño entre 2013 y 2023, Brasil se destaca al subir del lugar 64 al 49, seguido por México que ascendió del 63 al 58 y Panamá que avanzó dos posiciones, situándose en el puesto 84. Sin embargo, para las demás economías de la región los resultados son desalentadores: Colombia descendió de la posición 60 a la 66, aunque ganó un puesto en la región, Costa Rica descendió de la posición 39 a la 74, y de ser el líder regional pasó al séptimo lugar, Chile descendió del 46 al 52, Argentina cayó del 56 al 73, Uruguay bajó nueve puestos a la posición 63, y Perú cayó del 69 al 76.
Para entender las dinámicas de cambio en el ranking, es fundamental comprender la metodología del GII.

El índice se basa en 80 indicadores comparativos entre los países -los cuales se normalizan en un rango de 0 a 100, donde las puntuaciones más altas representan los mejores resultados-, agrupados en siete pilares distribuidos en dos subíndices: (i) Habilitadores de la innovación: Los cuales incluyen la preparación del entorno regulatorio y de los negocios para desarrollar la ciencia, la innovación y la base de capital humano, y el entorno de innovación asociado; y, (ii) Resultados de la innovación: En el que se evalúa el aporte de las actividades innovadoras dentro de la economía, tanto en el desarrollo de productos y servicios relacionados a la tecnología y el conocimiento, como en lo relativo a la evolución de las industrias creativas (economía naranja).

A esta altura de la explicación, muchos podrían estar sorprendidos, pues es evidente que en la última década la región ha avanzado significativamente en el desarrollo de un ambiente institucional y empresarial que promueve la innovación, y se evidencian importantes resultados en el surgimiento de startups e incluso unicornios, sin embargo, el quid del asunto, y por lo que realmente debemos emitir un mensaje de urgencia es que, en la última década, la velocidad de innovación en nuestra región ha sido más lenta en comparación con economías de nivel de desarrollo similar en Europa Oriental, Asia Pacífico y África.

En la próxima entrega, abordaré en detalle el análisis de las brechas existentes en la región en materia de innovación y entender las oportunidades hacia el futuro.

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