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Analistas 20/01/2014

PIC para formalizar

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero
Guillermo Trujillo
La República Más
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El objetivo de una política pública siempre tiene que ser el bienestar para los ciudadanos, principalmente para aquellos más pobres, y lograr que salgan de ese estado.

Es el café el instrumento sin igual para combatir la pobreza en el campo colombiano; por esta razón, el actual gobierno ha ayudado a los productores en momentos de dificultades de ingreso, originados por la baja producción del grano del 2012. Decisión de un Presidente y un Ministro de Hacienda con corazón cafetero.

Después de aportar $1 billón en subsidio al precio en 2013, quedó el amargo sabor de facturas falsas, café importado que logró subsidio, concentración del beneficio entre los grandes productores y miles de cafeteros que por diversas razones no lo recibieron. Ante esta situación, el Gobierno propuso entregar el subsidio por hectárea cultivada generando rechazo de la dirigencia gremial, presionada por los grandes productores que sienten amenazada su utilidad.

Al momento de escribir estas líneas, no se había llegado a un acuerdo. De no poderse modificar el sistema, el gobierno debería exigir que el nuevo esfuerzo de los colombianos de $1 billón para apoyo al precio del grano en 2014, se traduzca al menos en la vinculación a la seguridad social de los pequeños productores - más de 500.000 - y de los trabajadores que son contratados por los medianos y grandes productores, poniendo en práctica el Decreto 2616 del 2013, expedido por el Gobierno Nacional,  recogiendo el clamor de los gremios para permitir afiliación de trabajadores y pago de la seguridad social por semanas.

Se podría proponer que, por cada carga de café que recibe  subsidio de $160.000, se demuestre el pago de una semana de aporte a la seguridad social. Al patrono le cuesta $26.657 y $5.895 al trabajador. El campesino propietario, que hace su propio trabajo aportaría al mismo sistema como trabajador independiente. Este sería un logro sin precedentes en la historia del pequeño cafetero y del trabajador cafetero y generaría un impacto real a la implementación de una política pública.

En las actuales condiciones, un $1 billón alcanza para subsidiar 6.250.000 cargas, que equivalen a 10.500.000 sacos de 60 kilos. Si se destinan $166.000 millones, es decir 16% del subsidio, con  esa suma se vincularía seguridad social a 120.000 trabajadores, durante 52 semanas. La recolección de los granos en cereza para una carga de café requiere una semana de trabajo.

Para el campesino y para el cosechero, sería una revolución acceder a la posibilidad de una pensión, a salud, subsidio familiar y cobertura frente a riesgos profesionales. Poder disponer de movilidad, al aportar por semanas, para el patrono y para el trabajador es fundamental; inclusive se aplica para salarios inferiores al mínimo.

Los grandes productores al mismo tiempo solucionan con esta propuesta su situación ante la Dian al poder deducir, ahora si, los gastos laborales, y disminuir el impuesto a la renta, en una suma casi equivalente al pago de la seguridad social. Actualmente no pueden deducir los costos laborales  por no aportar a la seguridad social.

El Decreto 2616 del 20 de noviembre del 2013, es revolucionario. Esta firmado por los ministros Mauricio Cárdenas y Rafael Pardo, pero lamentablemente no ha tenido la difusión suficiente, pero constituye la verdadera herramienta para flexibilizar la seguridad social en el campo y para afrontar la temporalidad en la contratación de trabajadores, que caracteriza la caficultura.

De no ser posible el PIC por hectárea para corregir las desviaciones, al menos debemos aspirar a que con el sistema actual se contribuya a la formalización, beneficiando al campesino, al trabajador cafetero y al empresario cafetero, y conseguir de esta manera beneficios sociales, equidad y vinculación por  primera vez a la seguridad social.

Los Comités Departamentales de Cafeteros consiguen una aspiración de seguridad social de muchos años, Dignidad Cafetera - Polo Democrático no tiene porqué oponerse a un gran beneficio para los más pobres, y el Gobierno consigue un mayor control sobre la entrega del subsidio, formalización fiscal y laboral, una de la política más exitosas del presidente, Juan Manuel Santos.

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