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Analistas 31/03/2014

Elecciones cafeteras

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero
Guillermo Trujillo
La República Más
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La Federación de Cafeteros acaba de convocar para el 6 y 7 de septiembre elecciones cafeteras. Será uno de los debates más interesantes teniendo en cuenta que han aparecido voces en contra de la institución en los últimos cuatro años, por no sentirse representados por esta, así como la presencia de fuerzas que hacen creer que representan a muchos cafeteros, pero que acaban de pasar la primera prueba electoral, sin ningún éxito.

La Federación de Cafeteros acaba de convocar para el 6 y 7 de septiembre elecciones cafeteras. Será uno de los debates más interesantes teniendo en cuenta que han aparecido voces en contra de la institución en los últimos cuatro años, por no sentirse representados por esta, así como la presencia de fuerzas que hacen creer que representan a muchos cafeteros, pero que acaban de pasar la primera prueba electoral, sin ningún éxito. 

Ahora se enfrentan a este reto en su escenario natural, las elecciones cafeteras, que nos definirán de verdad, cuántos son y qué fuerza tienen dentro del gremio. Quienes somos demócratas aspiraríamos a que respete la voluntad de las mayorías. Dignidad cafetera está llena de derrotados democráticamente.

Es la oportunidad de participar con sus candidatos, para hacer parte del gremio cafetero y para debatir internamente todas las reformas que se requieren. Es necesario también un proceso de educación democrática para que los que hoy detentan el poder, acepten que hay que curar las viejas heridas y que, pensamientos distintos de cedulados cafeteros hay que admitirlos como organización plural. 

Si los nuevos líderes con pensamiento alternativo desaprovechan esta oportunidad, no podrán volver a reclamar la vocería ni los gobiernos de turno, legitimarlos con su interlocución.

En mi opinión, es increíble que el gremio deslegitime los comicios electorales anteriores, a través de su decisión de encargar  el proceso por medio de la gerencia de elecciones, en cabeza de un tercero, para que sea prenda de garantía, con veeduría externa, tribunal de alto nivel y votación únicamente presencial, entre otras.

Precisamente la entidad más moderna en procesos electorales en Colombia, es el gremio cafetero. En 2006 cuando introdujimos con absoluto éxito el voto por celular, por datafono con la cédula cafetera y por internet, que ya se había iniciado en 2002, la Registraduría Nacional, en la época del Doctor Galindo, nos invitó a exponer en foros electorales especializados nuestra experiencia como ejemplo de caso a imitar en el país por su transparencia, aplicación de nuevas tecnologías y seguridad.

¡Renunciar a utilizar los medios electrónicos y la modernidad, es de alguna manera vergonzante, cuando estábamos a la vanguardia! ¿Será tal vez para complacer a algunos dirigentes derrotados que consideraron que su fracaso electoral era el medio de votación y no el haber perdido el favor de los cafeteros?

Muchos de los que se oponían al voto por celular lo hacían por no poder controlar a sus electores, como antes acostumbraban. Este sistema, en el que se inscribieron 70.000 productores de los 220.000 que sufragaron, garantiza precisamente que el productor puede votar desde su finca, sin desplazamiento, completamente libre, sin presiones de ningún líder, motivo por el cual muchos de ellos se oponen a la tecnología. Queda demostrado que los campesinos están más preparados para adaptarse a los avances tecnológicos, que muchos de los dirigentes que aspiran a representarlos.

Todos estos mecanismos de votación aumentaron la participación electoral en 30% y, señalaron la ruta de la modernidad que además se introdujo con la cédula cafetera inteligente y la banca móvil. Devolverse al sistema electoral tradicional es renunciar a la modernidad, cuando lo que precisamente se debe hacer es volverlo inclusivo ofreciendo todos las opciones que la tecnología permite: medios electrónicos, cuando todos tienen cédula cafetera con chip, internet y teléfono celular. El gremio esta maduró para votar exclusivamente por estos sistemas. Esa sería la verdadera solidez, seriedad, transparencia y apertura, de las elecciones cafeteras, que es lo que se pretende según declaraciones del Gerente.

La legitimidad democrática de la Federación de Cafeteros y de todos los gremios que administran fondos parafiscales es necesaria, para ser el administrador de los recursos. La de los cafeteros tiene una tradición de 86 años que ahora no puede ser puesta en tela de juicio por propios y extraños. No obstante, sí requiere apertura en la información en igualdad de condiciones, de los electores por municipio y, garantías electorales, que inhiban a los funcionarios a intervenir en el proceso gremial, especialmente ahora cuando la votación solo podrá ser presencial.

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