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Analistas 13/06/2017

Ayuda tóxica a los cafeteros

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero
Guillermo Trujillo
La República Más
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Está a punto de aprobarse en el Congreso de la República una ley en la que se prolonga por otros dos años el plazo otorgado para pagar las deudas del Programa de Refinanciación de Deudas Agropecuarias (Pran), principalmente de café, creado en el año 2000 por medio del decreto #967 del Ministerio de Agricultura.

 Este programa, asignaba una partida presupuestal para comprar a los bancos las deudas vencidas de los cafeteros, y re programar sus pagos a ocho años -incluyendo tres de periodo de gracia-, designando a Finagro para la administración y el recaudo, según el decreto firmado en la cartera de Agricultura por Rodrigo Villalba, y por Juan Camilo Restrepo, quien presidía el Comité Nacional de Cafeteros en su calidad de Ministro de Hacienda.  Este regalo era la forma de recoger las obligaciones que los cafeteros traían en las refinanciaciones de 1993-94 aprobadas con ocasión de la crisis cafetera de 1992.

 Los efectos de la intoxicación se sintieron del año 2000 en adelante, por el cierre del crédito bancario a los productores, agravado con la baja calificación crediticia que los bancos debían aplicar en cumplimiento de las normas de la Superintendencia Bancaria. A raíz de esta situación, el Gobierno creó, en el congreso cafetero del 2002, la Comisión de Crédito Cafetero.  A la Federación de Cafeteros le tocó ponerse en la tarea de perseguir a cada uno de los 58.716 cultivadores para que firmaran la refinanciación, dado que con el anuncio estaban convencidos de que les habían perdonado totalmente su deuda.

 Posteriormente y por solicitud de la dirigencia cafetera, el representante Luis Enrique Dussán, -actual presidente del Banagrario- presentó un proyecto de ley para que los beneficiarios del Pran consiguieran en el Congreso una  prórroga a este beneficio; y así, se expidieron otras cinco leyes aumentando los plazos, año a año, quedando hoy,  un saldo de 26.000 deudores que en 25 años no han atendido sus obligaciones crediticias, a pesar de que en este periodo se han presentado tres ciclos cafeteros.

 Ya se encuentra lista para aprobación de la plenaria del Senado otra nueva ley ampliando el plazo dos años más (proyecto 220 Cámara, 204 Senado) liderado por el Comité Directivo de la FNC, de cuyo seno algunos miembros han ilusionado al representante Hernán Penagos y al senador Rodrigo Villalba con los posibles votos de los beneficiarios, pero perjudicando a los 400.000 cafeteros cumplidos, buenos pagadores, que una vez más serán los intoxicados con este regalo. 

 Más grave aún será el efecto sobre los deudores de cerca de 200.000 obligaciones de Programa de Renovación Cafetera que van a quedar convencidos que “PAGAR NO PAGA”, y se cerrarán más las puertas de los bancos para todo el sector.  No se debe olvidar que hasta el año 2005 fue casi imposible conseguir crédito para los cafeteros; mientras los líderes pedían financiación, anunciaban a voces un desastre, con lo que más asustaban a los banqueros. 

 Para estructurar el programa de renovación se necesitó conseguir garantías del 100 %, y asegurar el pago de los intereses para que accedieran a un programa de crédito nunca antes visto, en el que los agrónomos del gremio colocaron el crédito sin necesidad de oficinas bancarias y transferidos a través de la cédula cafetera.

 Si el Congreso de la República recapacitara, se salvan el 90 % de los cafeteros cumplidos, ya que ese regalo los intoxica y solo beneficia a esos 26.000 malos pagadores, después de 25 años.

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