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Analistas 03/02/2015

Sayco: Una sociedad “Macondiana”

Guillermo Cáez Gómez
Socio Deloitte Legal
GUILLERMO CAEZ
La República Más
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Hace tan solo unos meses presenté, en este mismo espacio, hechos impactantes sobre la Sociedad de Autores y Compositores - Sayco. Hoy no será la excepción. Ante los ojos de propios y extraños, y la mirada impotente de la Dirección Nacional de Derechos de Autor (Dnda), se vio cómo algunos de los miembros del consejo directivo de esta entidad, que habían sido sancionados, volvieron a sus cargo con más argucia que astucia, y con más maña que razón. Volvieron a sus cargos sin ton ni son por cuenta de una acción de tutela interpuesta por Conrado Marrugo Vélez ante Juzgado Promiscuo Municipal de Ariguaní. Lo anterior dio como resultado dejar sin efectos jurídicos las Resoluciones 113 del 14 de abril del 2014, 243 del 4 de agosto del 2014 y 254 del 21 de agosto del 2014, dictadas por la Dirección Nacional de Derecho de Autor, que sancionó a los señores Conrado Marrugo Vélez, Guillermo Zea Hernández, Rafael Manjarrez Mendoza, Alfredo Angulo Cuero, Jorge Álvarez Gaviria, Félix Carrillo Hinojosa y al gerente Nino Caicedo. 

Tiene razón la Dnda al considerar como razones altamente sospechosas que un juez que no tenga competencia, de acuerdo a la reglamentación, para la acción de tutela; y que, adicional a esto, se vaya en contra de un fallo por los mismos hechos del Tribunal Superior de Bogotá, que no tuteló los derechos que el accionante pretendía hacer valer. Difícil no es solo el municipio en el cual se falló este “frankenstein” jurídico, sino las explicaciones que, en instancias judiciales, debe dar este juez por haber violado la ley y seguir campantemente, además de decirnos por qué su fallo solo cobija al señor Marrugo Vélez y no, como debiera ser, a todos y cada uno de los miembros que fueron sancionados con las resoluciones que él decidió dejar sin efecto. Sería oportuno que la Corte Constitucional entrara a revisar este fallo de tutela, ¿lo hará? Amanecerá y veremos.

Una vez cumplida su misión de volver a la dirección de Sayco, se dedicaron a buscar cómo desvincular al maestro Saturnino, conocido como Nino Caicedo, quien, a pesar de lo que se diga de su perfil, administró de forma transparente esta sociedad, a tal punto que fue quien valerosamente destapó los negocios que algunos tenían a costa de los compositores colombianos. Es así que, violando derechos como el debido proceso y disposiciones estatutarias, este consejo directivo, en asamblea extraordinaria, y sin que el punto de cambio de gerente estuviera en el orden del día (requisito expreso por el cual en este tipo de reuniones se pueden tratar asuntos), sin más ni más, como cual realismo mágico, tomara la determinación de quitar la piedra en el zapato para seguramente poner un gerente de bolsillo que se hiciera el de la vista gorda frente a los negocios internos. 

Es increíble que, en franca burla de los compositores y autores de nuestro país, deteriorando lo que son ellos: cultura y paz para Colombia, se permita que este tipo de aberraciones sigan sucediendo. No cabe duda de que deben existir intereses oscuros y ocultos que no quieren que la olla se siga destapando; por eso se deshicieron del maestro Nino. Lo preocupante es que el gobierno, en cabeza de la Dnda, actúa como cómplice silencioso y les sirve, con su pasividad, de trinchera a estos señores que no han hecho más que daño a una sociedad que para ellos no es “sin ánimo de lucro” sino “sinónimo de lucro”.

Quedan estos hechos como una denuncia pública para que la Dnda, la Fiscalía, y el mismo Consejo Superior de la Judicatura, actúen para proteger los derechos constitucionales de los autores y compositores del país del escándalo de un solo día y donde nunca pasa nada, pero que se dice llamar estado social de derecho. Como lo dice la canción del propio Nino Caicedo, “Oiga, mire, vea”… No vaya y sea que, a pesar de la protuberancia y las flagrantes violaciones a la ley las entidades de control, se hagan, como la canción de Shakira, “las ciegas, sordas y mudas”. 
 

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