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Analistas 18/06/2020

Héroes detrás de los héroes

Guillermo Cáez Gómez
Socio Deloitte Legal
GUILLERMO CAEZ

Mucho hemos visto en estos tiempos de covid: intentos de polarización, contrataciones con intervenciones oscuras, promesas incumplidas, empresas que han entendido que su mayor activo es el recurso humano, así como profesionales de la salud sacrificados por estar en la primera línea de defensa y contención del virus, a quienes, pasados los días, hemos olvidado seguir aplaudiendo con las medidas de autocuidado. Hay una primera línea, tras bambalinas, que no tiene visibilidad pero que con su trabajo salva vidas.

Se trata del personal de servicio y limpieza de centros de salud y hospitales. Ellos, como los médicos, enfermeros y demás personal de la salud, también están en el frente de combate de esta pandemia, sacrificando sus vidas para que las de otros no estén riesgo.

Para nadie es un secreto que, desde esta columna y por el tiempo que ha permanecido la covid-19, he querido visibilizar personas, empresas e incluso empleados públicos cuyos casos he conocido por haber puesto la otra cara de esa Colombia envuelta en escándalos y polarización, y sumida en una discusión que solo conviene a unos pocos.

Aunque poner los reflectores sobre trabajadores que por naturaleza pasan desapercibidos para muchos no sea popular, es nuestro deber en estos tiempos atípicos aprovechar estos espacios para generar e incentivar las buenas noticias, contarlas y así matizar a quienes se obsesionan en mostrar el lado más oscuro, en momentos en los que necesitamos aferrarnos a la esperanza para creer que es posible superar esta crisis.

Aplausos les debemos, y no solo de hoy sino por la deuda histórica que tenemos con los oficios que equivocadamente consideramos carentes de valor. Lo mismo pasa con compañías de este sector.

Todos vimos cómo Colombia reconoció el esfuerzo y sacrificio empresarial que realizó Arturo Calle con sus colaboradores, pero hemos olvidado también que empresas de este sector de servicios generales han sido fuertemente golpeadas por la crisis, como es del caso de la que tal vez es la empresa insignia: Casalimpia.

Esta compañía y muchas del sector tienen en sus colaboradores el mayor activo, pero a la vez asumen una alta proporción de la responsabilidad de mantenerles estoicamente sus empleos y buscar alternativas en el proceso de intraemprendimiento en su sector, destacándose por darle la vuelta a la pandemia con nuevas formas de ofrecer soluciones.

Por estas reflexiones, querido lector, lo invito a que al terminar de leer esta columna le dedique un minuto de reflexión a la idea de darle el lugar correcto a quien presta para usted los servicios generales, le agradezca y, a partir de esta pandemia, empiece a entender que estos oficios no deben menospreciarse por el hecho de que las personas que los ejercen no tienen grandes títulos y que, por el contrario, son tan importantes como los profesionales que prestan servicios médicos, de quienes aquellos están detrás haciendo que el campo de enfrentamiento contra el virus tenga las trincheras de limpieza necesarias para lograr derrotar de manera contundente esta pandemia.

Estas personas, como las empresas del sector, merecen que hagamos un alto en el camino y nos demos el tiempo necesario para hacerles saber que estamos agradecidos por su labor de cuidar -desde otro escenario- nuestra salud y permitir que podamos seguir, en parte, con nuestras vidas, mientras ellos siguen en silencio aportándole y sacrificándose por una sociedad que ha sido indolente con ellos.

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