Oro: Intratable

Desde una perspectiva positivista, el término intratable se aplica a un sistema que es inmejorable y que ha alcanzado un nivel de madurez tal que resulta sumamente complejo superar. En este contexto, hablamos del oro, cuya cotización internacional ha demostrado ser efectivamente intratable. Su precio no solo se mantiene firme, sino que ha alcanzado niveles históricos durante más de dos décadas. Desde 2001, año marcado por el colapso de las Torres Gemelas en Nueva York, el valor del oro no ha dejado de crecer. Si lo hubiéramos comprado en ese entonces, hoy su precio se habría multiplicado por aproximadamente 18 veces, es decir, un incremento de 1.800%.

Los recientes conflictos comerciales, especialmente entre Estados Unidos y China, han sido un factor que presiona al alza la cotización internacional del oro. Sin embargo, esta dinámica es mucho más compleja y está influida por múltiples factores. A nivel global, los bancos centrales incrementan continuamente la compra de oro para fortalecer sus reservas, lo que impulsa directamente el aumento del precio. Este fenómeno multifactorial hace que, ante la pregunta sobre si el oro tiene un techo en su precio, la respuesta sea negativa. Mientras la demanda institucional continúe, el precio seguirá subiendo, posicionando al oro como un activo sin igual en estabilidad y rendimiento.

Frente a este escenario global, surge la pregunta: ¿Qué puede hacer Colombia para aprovechar esta coyuntura única?

Primero, el Gobierno Nacional, a través de la Agencia Nacional de Minería, ANM, debe liderar procesos conjuntos con el Ministerio de Minas y Energía y, esencialmente, en colaboración con las empresas mineras que cuenten con títulos legales. La meta es incrementar, de forma decidida y acelerada, la formalización minera para que la actividad aurífera salga de la informalidad y se integre plenamente a la economía formal. Se propone un programa de Fast Track de Formalización Minera, Ftfm, que permita articular esfuerzos y agilizar los trámites, generando un esquema beneficioso para todos los actores involucrados: gobierno, empresas y comunidades. Este enfoque “Gana-Gana” no solo aumentaría la productividad y legalidad del sector, sino que también ayudaría a consolidar la estabilidad social y económica en las zonas mineras.

Además, el Sistema General de Regalías, SGR, debe jugar un papel central en esta estrategia. La revalorización del oro puede traducirse en ingresos crecientes por concepto de regalías, pero para que estos recursos tengan un impacto real y duradero, deben ser invertidos en proyectos que transformen positivamente las regiones mineras. Esto incluye infraestructura, desarrollo social, educación y protección ambiental, aspectos que generan condiciones para un desarrollo sostenible e inclusivo. Solo así se podrá evitar que el alza en los precios de los minerales, que podría ser motivo de optimismo económico, se convierta en una amenaza conocida como “La Enfermedad Holandesa”, que genera desequilibrios y efectos negativos en otras áreas productivas de la economía nacional.

En definitiva, el oro sigue siendo un recurso estratégico para Colombia, no solo por su valor internacional, sino por su potencial para impulsar el desarrollo regional y nacional si se manejan adecuadamente las políticas públicas. El país debe aprovechar este ciclo de precios altos mediante la formalización efectiva de la minería y la adecuada inversión de las regalías, asegurando que el beneficio económico no sea efímero, sino el cimiento de un desarrollo sostenible y plurianual, pues en estos momentos estamos frente a un intratable.