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Analistas 04/05/2023

Petro, retrasado

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Torpe, el desarrollo de la competencia gerencial de Petro está debajo de lo esperado, tal como sucedió con Duque y Claudia López. El 27/4/2023 intervino los medios, no para hacer una alocución actualizando explicaciones y aclarando proyecciones, sino para reproducir un discurso viejo. Y no habría estado mal, si hubiera denunciado cómo un Neoliberal se infiltró en el Nuevo Liberalismo, para sabotear las reformas exigidas desde 1990 (y 1810).

Tarde se dio cuenta de que su coalición pendía del narcisismo y sus infinitos conflictos de intereses, como los vinculados mediante Alejandro Gaviria, y realizó ajustes probablemente desproporcionados.

Conociendo sus antecedentes temo recomendarle el Juego de la Cerveza, que ilustra cómo las demoras acentúan la inestabilidad, haciendo que la calibración sea tan errática como intensa. Entendería que retomar el control, de esa manera, equivale a una victoria pírrica; y que “las personas, a pesar de sus diferencias, suelen producir resultados similares” (ver ¿Prisioneros del sistema, o prisioneros de nuestro propio pensamiento?).

Vencidos 11 años desde su posesión como alcalde, demostró no haber aprendido algo diferente a ser activista, ni que necesita humildad. Al respecto, retrotraigo la carta de uno de sus “más fieles y cercanos colaboradores y compañeros de lucha”, García-Peña (14/6/2012), quien señalaba que “la repetida impuntualidad no es nada distinto a un profundo irrespeto”. Agregaba que “no basta con tener los principios correctos ni la razón científica”, y que al despedir funcionarios debía “poner la cara”. Finalmente, rogaba que pudiera “reconocer errores y tomar los correctivos correspondientes”.

Petro supuestamente estaba preparado para asumir la Presidencia en 2010. Sin embargo, no tenía listas las reformas el 7/8/2022; el mandato popular era la urgencia, y perdió meses improvisando. Finalmente radicó proyectos que no son “progresistas”, pues acaso resuelven problemas del siglo pasado; además pueden contaminarse con vicios de forma, tras desperdiciar ciclos de sesiones extraordinarias, porque hay congestión parlamentaria y se le acabó el tiempo.

Ahora exige a la rama ejecutiva “trabajar de noche”, pues “eso equivale a una reelección”. Pero nada compensa su retardo en la posesión de muchos altos cargos del estado, que mantuvo vacantes demasiado tiempo. Por eso nadie rinde cuentas (accountability).

La “ceguera al cambio” impide detectar simples variaciones en lo que vemos, incluso cuando hemos sido advertidos de que habrá alteraciones, y dediquemos la mayoría de nuestros recursos mentales a intentar reconocerlas (Journal of Cognitive Neuroscience, 2012). Recomiendo el “experimento del gorila invisible” (https://youtu.be/vJG698U2Mvo), ideado en Harvard, que deja en evidencia nuestra incapacidad para captar la tiranía del César, por estar atentos a los trucos de Uribe.

Más temprano que tarde, Petro justificará su fracaso culpando a esos obstruccionistas, pues las excusas se aprovisionan como los inventarios: Justo a Tiempo o Por si Acaso (Just in Case). Chauvinista y miope, a cada marcha asisten menos ciudadanos.

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