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ANALISTAS

Educación, trabajo e inversión (III)

jueves, 15 de mayo de 2014
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Son muchas las aristas relacionadas con la educación, el trabajo y la inversión, las cuales tienen que ver, entre muchos otros aspectos, con los fundamentos históricos y políticos de la relación entre éstos conceptos, tema que espero abordar sucintamente en éste artículo para dar luces acerca de cómo solucionar los principales problemas y desafíos que enfrentamos en esta materia.

Comienzo por mencionar que la educación fue concebida desde la época colonial como obligación y función del Estado, vale recordar que en 1774, Francisco Moreno y Escandón redactó por orden del Virrey Manuel Guirior, el plan donde dejó consignado tal mandato, que además orientó hacia las ciencias experimentales y la investigación científica. De ahí surgió en 1783 la Real Expedición Botánica comandada por José Celestino Mutis, animada por el entonces Virrey Arzobispo Antonio Caballero y Góngora.

En 1821, con ocasión del Congreso de Cúcuta, Bolívar y Santander ordenan la apertura de los colegios oficiales. En 1842, Mariano Ospina Rodríguez siendo ministro del interior de José Ignacio de Márquez, criticó la propensión a estudiar derecho, teología y medicina, por lo cual dijo de manera preclara que “todavía pesa más el prestigio de las viejas profesiones, que la opinión favorable a las artes y ciencias útiles e industriales”.

En 1869, Sergio Arboleda y Pombo en la publicación “La República en la América Española”, defendió el educar para vivir en sociedad y formar a los ciudadanos. Por su parte Rafael Nuñez durante sus mandatos a final del siglo XIX promovió y fomentó las artes, pero además fue el iniciador de la aplicación del intervencionismo estatal como fuerza generadora de industria.

Durante su presidencia Rafael Reyes (1904-1909) fue el primer defensor de los esfuerzos colaborativos entre el Estado y el sector privado en procura del desarrollo económico y social, pero además quien primero reconoció que aparte de las élites nacionales se requería de la participación de la inversión extranjera para éste propósito, cuya introducción al país es responsabilidad del gobierno nacional.

Por su parte, el gobierno de Carlos E. Restrepo (1910-1914) incluyó la modificación de los pensum académicos de las escuelas públicas primarias y normales, los cuales se fortalecieron para enseñar ocupaciones industriales, artísticas y profesionales mediante “misiones técnicas extranjeras”, que las organizaron científicamente para capacitar ciudadanos educados para el pragmatismo y la innovación que facilitara la industrialización.

Los anteriores hechos fundacionales de la doctrina y el pensamiento conservador, estimo, están siendo infortunadamente olvidados en su esencia hoy en día, los cuales dejando de lado los obsoletos medios proteccionistas, pueden permitir que nos adaptemos mejor a las circunstancias actuales, lo cual por fortuna y para gracia de los colombianos ha sido recogido en la propuesta programática de la candidata Marta Lucia Ramírez.

Al combatir frontalmente la corrupción y lograr la paz se destinarán más recursos a la educación, que permitirá un ambicioso fortalecimiento institucional para mejorar las competencias que debemos desarrollar para insertarnos en la sociedad del conocimiento y la innovación. Al respecto recomiendo identificar las áreas que pueden tener mayor potencial conforme evolucionan las tendencias productivas, para privilegiar su estudio y aplicación, por ejemplo a las ingenierías, el diseño y la biología, que pueden tener un mejor despliegue para nuestro desarrollo futuro.

Hay que cambiar el patrón típico de emprendimiento de subsistencia que nos caracteriza, a uno orientado al conocimiento de “clase mundial”. Al respecto la candidata plantea unas propuestas audaces que complementa con su política de desarrollo productivo, en especial lo relacionado con la reindustrialización del país mediante la reformulación del esquema de inversión extranjera para promover la llegada de nuevas tecnologías e industrias, lo cual aunado a lo descrito en el anterior párrafo, cambiará favorablemente la dinámica en generación de empleo.

Todo esto para rescatar y destacar que aunque algunas campañas en curso estén embelesadas por contiendas mediáticas oprobiosas, si hay propuestas económicas que resaltar, que esperamos redunden en mejoras al sistema educativo y la confianza que movilice la inversión a sectores estratégicos que brinden las mejores condiciones de trabajo posible. A ganar Marta Lucia, hay con quien y con qué. 

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