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ANALISTAS

Cadena de valor del capital

sábado, 18 de marzo de 2017
La República Más
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La era de las redes y cadenas de valor actual trasciende todas las actividades en todas las dimensiones, pero centrada en la función económica y empresarial cobra especial y vital relevancia en sus frentes de gestión, desde las redes asociadas a los diferentes grupos de interés, hasta las relacionadas con la supervivencia y posibilidad de éxito tales como la debida incorporación en las cadenas globales de abastecimiento, no solo logísticas sino también financieras y del saber.

Al respecto rescato la relevante y sustancial incidencia en la materia del correcto abordaje y compresión del continuum del capital, ante todo para el debido fomento y dinamización de los emprendimientos de calidad u orientados a la innovación de clase mundial, sobre lo que hay desconocimiento de los fundamentales que movilizan estos sectores.

Caemos sistemáticamente en la trampa de las cartillas y libretos desgastados obsesionados miopemente con el incrementalismo insulso que no sirve ni soluciona los graves problemas acarreados por el atraso y desperdicio de los recursos que nos asignaron, lo cual resulta vergonzoso en sí mismo. 

Vemos por ejemplo en el Mercado Público de Valores (MPV), cómo asuntos que se desecharon por inviables, en particular por la complejidad al constituir carteras homogéneas de emisores Pyme con suficiente masa crítica tales como la titularización, mutan ahora al crowdfunding para emisiones estándar de bonos de cuantía menor, instrumento que implica una exposición similar por demás riesgosa y costosa y por lo tanto, con una viabilidad muy cuestionable.

Por su parte, el Sistema Nacional de Competitividad e Innovación se obsesionó con la transferencia tecnológica como único medio para cerrar brechas, sin ver bien la débil estructura del aparato productivo al centrar esfuerzos solo en la oferta actual, lo que deja la tarea a medias y condena además al país a aumentar cada vez más las brechas asociadas a las competencias y capacidades de la economía del saber.

Finalmente, lo importante es tener un entramado productivo con empresas de calidad, es decir, proclives al conocimiento, la innovación y las exportaciones, partícipes activas en las cadenas globales de abastecimiento de valor agregado, lo cual está en veremos desde hace muchísimo rato; y peor, está en una incertidumbre en ascenso por las prioridades del Gobierno actual y su contraparte privada.

Así, que mientras no asimilemos que hoy en día el principal agente de creación de valor y por ende fuente natural de riqueza y capital es el conocimiento, sobre todo el nuevo, seguirá sucediendo lo que pasa acá, ni rajan ni prestan el hacha, triste realidad a cambiar, para poder emular las experiencias de Israel y Singapur.

La respuesta del Gobierno Nacional recientemente esbozada en el plan “Colombia Repunta” sobre los nuevos estímulos para el sector privado, son avances a potenciar en tanto son abrebocas de las tareas por realizar para profundizar en contexto, contenido y pertinencia de las políticas públicas para el debido cierre de brechas y lograr acceder a la economía del conocimiento.

Para eso hay que considerar debidamente la cadena de valor del capital que está detrás precisamente del referido continuum, incluida la utilización activa del mencionado cross-listing en favor del desarrollo de nuestro MPV, atrayendo al territorio nacional eslabones productivos clave de emisores globales de la talla de IBM, Toyota, Sony, Nokia, Ericsson y Siemens; entre otros llamados a resucitarlo.

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