.
Analistas 12/03/2025

Nueva industrialización

Germán Bolívar-Blanco
Analista y consultor

Está visto que nuestro país tiene múltiples falencias y vacíos en las capacidades industriales de sus sectores productivos, desde aprovechar con sostenibilidad el enorme potencial de sus excepcionales recursos naturales, hasta multiplicar y fortalecer la oferta de servicios de toda índole, pero en especial, adolece de una industria manufacturera altamente integrada en su cadena de valor, en sectores con requerimientos permanentes de innovación en los eslabones que los componen, por ejemplo, al transportarnos con dependencias en todos los frentes.

Los desafíos propios de este macro sector están relacionados con la eficiencia al desplazarnos para atender nuestras ocupaciones, ya sea con vehículos propios o de terceros, donde el componente principal está en cómo nos movemos sea en patineta, bicicleta, moto, carro, bus, camión, avión, barco o cualquier medio, para ir de un lugar a otro. Entre ellos notamos en el sector automotriz por mencionar uno central, que la hasta ahora irremediable debilidad comienza en el incremento sin escapatoria de las importaciones.

Por lo tanto, “primero lo primero” como bien lo dictaminó Steven Covey, en este caso y dado que no podemos inventarnos la rueda, ni desde lo privado y menos desde lo público, lo primero y aconsejable es hacer alianzas virtuosas desde lo público que movilicen los debidos recursos privados que incorporen y desarrollen capacidades estratégicas en los tres niveles de suministro, desde las materias primas, a autopartes, hasta equipos originales, todos en permanente evolución científica y tecnológica con jugadores calificados conforme prácticas ASG.

Así la forma válida y sostenible de garantizarle viabilidad a la micro, pequeña, mediana y hasta la gran empresa nacional basada en el conocimiento, vale decir la genuina generadora de valor y riqueza, es precisamente al facilitar y fomentar su tracción con los actores influyentes y benéficos de esta industria mundial, siendo clave rediseñar y potenciar la política pública para que funcione con instrumentos de última generación para este sector focalizados en fijar alianzas convenientes, ahora que Trump con el “Inshoring” pateó el tablero de mundial.

Al respecto dado que está tan de moda la economía popular, justamente los emprendimientos a ésta vinculados serían los beneficiarios directos, en tanto aumentaría la demanda de su oferta artesanal, de servicios básicos y bienes perecederos, precisamente porque sería jalonada por todas las actividades que pueden derivarse de tratar debidamente el determinante sector automotriz.

De ahí que la nueva industrialización o neoindustrialización en Colombia debe empezar más temprano que tarde con el anterior enfoque para todo el bienestar nacional, una versión remozada de la política promovida por Raúl Prébisch en la Cepal a mediados del siglo pasado, que ponga al día el entramado manufacturero.

Esta mirada coincide de alguna manera con la “Nova Indústria Brasil”, que tiene metas y acciones de política para su desarrollo hasta 2033, donde la innovación y sostenibilidad son centrales en áreas estratégicas para la inversión, conforme el potencial impacto en el desarrollo social y económico de ese país.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA