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Analistas 09/11/2019

A repotenciar las baterías

Germán Bolívar-Blanco
Analista y consultor

Los resultados de las elecciones regionales, junto a la renuncia del Ministro de Defensa, son señales claras sobre la necesidad del Gobierno Nacional de tomar medidas de fondo que le den un viraje y cambio sustancial al manejo de varios temas, manteniendo el trabajo arduo y riguroso que en general ha realizado, incluidas las exigentes gestiones adelantadas en la cartera de defensa que pese a sus logros al parecer cayó presa en su interior de una desafortunada cacería de brujas que suscitó la reciente crisis.

Esto se nota en la desinformación presentada por ejemplo la relacionada con la intervención del Presidente Duque en la última Asamblea de la ONU sobre el narcotráfico y su relación con las bandas criminales, disfrazadas una vez más de insurrección y guerrilla, lo que infortunadamente opacó ante la opinión pública internacional la diligente tarea de erradicación adelantada, frente a la nefasta herencia en área cultivada de coca, el combustible de la guerra fratricida en curso como bien la denominan.

Frente a esta terrible realidad la ciudadanía debe rodear al Gobierno para continuar con la contundencia requerida al enfrentar este mal, que igualmente necesita miradas diferentes respecto al estigma mundial que éste flagelo representa, originado principalmente por el consumo creciente de cocaína en muchos países, en especial algunos de los más desarrollados, que al ser un problema de salud pública, su prohibición favorece las ganancias de las mafias detrás de la producción, distribución y comercialización, junto a las asociadas con las armas y precursores químicos.

Por eso es preciso multilateralizar efectivamente este problema conforme a diagnósticos mundiales que conlleven a soluciones reales que impliquen corresponsabilidad y medidas armónicas entre todos los países, más que el señalamiento infame al que hemos sido expuestos por décadas, que igual y tal vez más importante le den cabida sostenible a muchos de los procesos de sustitución de cultivos aclamados en nuestro país, amparados por los estímulos y garantías requeridas por los campesinos para involucrarlos decididamente y poder llegar a tener una paz autentica, estable y duradera.

Otro frente de gestión pública nacional que merece ópticas complementarias se relaciona con el crecimiento y la inserción en la sociedad del saber, en tanto las medidas adelantadas continúan la dirección de gobiernos anteriores focalizadas en la agenda interna y fortalecer capacidades endógenas, que no está mal y se debe continuar ahora con cara de pactos sectoriales, que son más de lo mismo pues buscan solucionar las demandas de grupos de presión, sin mirar el problema más allá de eso.

De ahí es clave realizar una genuina transformación productiva que habilite la manufactura de nuevos bienes y genere lo que en fulgores Cepalinos se llamó sustitución de importaciones, expresada totalmente diferente donde la inversión extranjera de calidad en nuevos frentes es vital para incrementar sustancialmente la productividad, el empleo calificado y viabilizar la mipyme proclive al abastecimiento global.

Así a excepción de los valores vale recordar a Heráclito, “nada hay permanente, solo el cambio”.

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