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Analistas 21/03/2023

La crisis del agua: una oportunidad

Gali Dagan
Embajador de Israel
Gali Dagan

El año pasado el mundo volvió a centrarse en la amenaza existencial más urgente: el calentamiento global y el cambio climático; y sus devastadores efectos sobre el planeta. Las soluciones tecnológicas para la crisis del agua deben ser un elemento central para afrontar la crisis climática, tanto para la adaptación como para la mitigación.

Mientras que en muchos lugares del mundo sigue habiendo un acceso pleno a agua potable, en otros, esta accesibilidad es limitada y prácticamente inexistente.

Se estima que unos 2.500 millones de personas (36% de la población mundial) viven en zonas con escasez de agua, un fenómeno que se agravará en las próximas décadas, al intensificarse los poderosos procesos del cambio climático, el crecimiento demográfico mundial, la creciente demanda para productos industriales y agrícolas; y la desertificación.

La escasez de agua está provocando migraciones, guerras y conflictos, poniendo a millones de personas en el mundo en riesgo de desplazamiento. A fin de superar este fenómeno, debemos comprender que esto implicará formular una campaña global que requerirá integrar todas las medidas necesarias a escala local, nacional, regional y mundial.

En este sentido, Israel puede realizar una contribución significativa al planeta como un país con uno de los sistemas hídricos más avanzados del mundo y con tecnologías innovadoras. Un ejemplo de ello es el tratamiento y reciclaje de aguas residuales: Israel depura 95% de sus aguas residuales, de las cuales, casi 90% se utiliza en agricultura. Si este fuera el statu quo en todo el mundo, sería posible reducir y prevenir en gran medida la contaminación ambiental y la destrucción de los sistemas naturales, permitiendo al mismo tiempo que el agua tratada y purificada fluyera nuevamente hacia la naturaleza y la agricultura.

Otro campo en el que trabaja Israel es la prevención de la pérdida de agua en los sistemas urbanos. Mientras que en Israel solo se pierde un pequeño porcentaje de agua en los sistemas de abastecimiento urbano, 8%, en otros países este porcentaje puede alcanzar decenas de puntos porcentuales. En Israel se ha desarrollado una amplia variedad de tecnologías y métodos a fin de evitar la pérdida de agua en los sistemas de abastecimiento, detectar fugas mediante sensores remotos, etc.

Israel, está situado en una región semiárida, 60% de su territorio es desierto y afrontó una escasez crónica de agua. Sin embargo, desde 2005, en Israel la cuestión del agua ya no es un tema de recursos naturales, sino un asunto económico: el precio de producir un metro cúbico de agua potable. Desde ese momento hemos instalado varias plantas desalinizadoras de agua del mar, hoy tenemos cinco plantas en el Mar Mediterráneo y vamos a tener dos más próximamente. Israel obtiene hoy el 90 % de sus necesidades de agua potable de uso doméstico e industrial de la desalinización.

En Israel somos capaces y estamos dispuestos a compartir nuestros conocimientos acumulados y nuestras mejores prácticas con otras naciones como Colombia, especialmente en departamentos como La Guajira, Atlántico y Chocó, de modo que, juntos garanticemos que todas las personas del planeta puedan disfrutar del derecho humano esencial al agua limpia y salubre.

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