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Analistas 01/03/2019

¿Quién tiene en jaque a Trump?

Gabriela González
Estudiante de Relaciones Internacionales
GABRIELA-GONZALEZ

El 23 de enero de este año, el presidente de los Estados Unidos canceló por medio de un tuit el ‘State of the Union Address’; este es el mensaje anual que se ha hecho desde 1790, con la finalidad de informar y actualizar tanto al Congreso como a los ciudadanos acerca del progreso y las cuestiones que enfrenta el gobierno. Este hecho, generó una de las mayores controversias internacionales que hemos visto este año. Pero ¿quién es lo suficientemente capaz de tener tal dominio sobre uno de los hombres más poderosos y arrogantes del mundo?

La hija de una inmigrante italiana y un hombre que fue tres veces alcalde de Baltimore, declarada como la mujer más poderosa de América, quien desde 1976 empezó a escalar puestos en el partido con el apoyo de Sala Burton, y finalmente el 3 de enero de este año fue oficialmente elegida como ‘House Speaker’. Esta mujer, por medio de una carta en la que le sugiere a Trump el cambio de la fecha para su discurso, a una en la que el gobierno haya reabierto (medida de represión de Trump contra los demócratas principalmente por su desacuerdo con el muro), se ha ganado a pulso el reconocimiento que todos pensamos y que Obama no pudo describir en mejores palabras “an extraordinary leader for the American people” (una líder extraordinaria para los americanos) y que Vanity Fair describió como “famosa por haberse convertido en el mayor obstáculo de los planes imposibles de Trump. Sin perder la sonrisa”.

Nancy Pelosi, quien dijo en una de sus declaraciones “siempre he pensado que lo que sea que el presidente diga sobre nosotros, está proyectando su propio desenfreno. Él es un proyector, y de eso se trata”. La primera mujer en liderar un Congreso de tal magnitud, nos recuerda con sus actos y sus discursos lo importante que es mantenernos en nuestras creencias, luchar por aquello que generará un impacto positivo en la sociedad y crear movilización ante cualquier mínimo acto de injusticia.

Tal como lo hicieron décadas atrás personas como Margaret Thatcher, la primer británica en liderar un importante partido político en el Reino Unido, convirtiéndose en la líder de la oposición y transformado su país, o Rosa Parks, quien nunca dudó de sus creencias y luchó sin descanso por la igualdad, incluso Eleanor Roosevelt quien lo hizo por medio de palabras que lograron llegar a miles de personas. Todas estas líderes nos recuerdan lo importante que es tomar acciones sobre aquellas situaciones de la humanidad que no tienen ningún sentido: el racismo, la falta de educación, la represión de ideas y, sobre todo, el odio, que en la mayoría de veces parece más fácil de divulgar que cualquier otra cosa. No importa qué o quién esté en contra, porque al final, un acto basado en la buena fe que repercuta en una o millones de personas siempre va a corresponder con todo el esfuerzo y padecimiento que se sufre por combatir aquello, que estamos seguros debe cambiar.

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