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Analistas 15/03/2023

Palabras del Gran Administrador del Cesa

Analista LR

Quiero agradecer a Emilia, al Consejo Directivo y a todos por este maravilloso e inmerecido homenaje que me llena de emoción.

Hace ya casi 50 años, siendo Ignacio Aguilar director de la Andi y yo presidente de las Juntas de la Andi y de Incolda, decidimos crear unos comités de trabajo con los empresarios sobre temas fundamentales para el país tales como aspectos tributarios, relaciones con los trabajadores, y otros más, destacándose el de la capacitación del recurso humano. Pensábamos en la importancia de involucrar a más empresarios en la educación.

Entonces, uno de los comités que creamos fue el de Relaciones Empresa -Universidad. Decidimos invitar a Gilberto Arango, que lideraba el sector de exportadores de café, quien se involucró activamente en el proyecto con el fin de formar profesionales idóneos para dirigir y crear las empresas que el país necesitaba e impulsar su desarrollo. Fue así como fundamos el Cesa. Nos acompañaron Miguel Fadul, quien venía de Los Andes, Jorge Rocha, Alberto Samper, Ernesto Satizábal y Héctor Prada, con quiénes conformamos el Primer Consejo Directivo.

El 29 de agosto de 1974, se formalizó el Acta de Constitución del Cesa con la firma de 38 destacados empresarios, encabezados por dos de las personas más importantes en ese momento en Colombia: el expresidente Carlos Lleras Restrepo y don Hernán Echavarría Olózaga como fundadores. Se redactaron los Estatutos inspirados en los del Gimnasio Moderno y se nombró como rector a Miguel Ángel González, ex jesuita, quien nos acompañó y nos dio su acertada orientación durante el primer año.

Agradecemos a los primeros profesores, que con su destacado prestigio, creyeron en esta utopía, dándole todo su impulso y pasión: Geografía Económica Colombiana -Antonio Álvarez Restrepo, Contabilidad General -Fernando Romero Tovar, Matemáticas -Manuel Casabianca, Introducción a la Economía -Ignacio Aguilar, Constitución Nacional -Luis Francisco Cuervo, Metodología del Aprendizaje -Miguel Ángel González, Inglés -John Lilley.

El 24 de febrero de 1975, se iniciaron las clases en las instalaciones de Incolda, en el Edificio Tequendama. Se matricularon 25 alumnos para el primer semestre, de los cuales terminaron 13 sus estudios, en junio de 1979: Julio Caballero, Jaime Dávila, Martha Chavarriaga, Miguel Ángel Giraldo, Octavio Guaqueta, Andrés Largacha, Ivan Tadeo González, Reinaldo Marcuchi, Ernesto Marcuchi, Clara Luz Mejía, Juan Antonio Olarte, Guillermo Páez y Carlos Ramírez.

Al día de hoy se han graduado del Cesa, 4.331 alumnos en pregrado y 5.435 en posgrados.
El Dr. González fue reemplazado por el director de Incolda de ese entonces, el Dr. Saúl Duque, hasta que en noviembre de 1975, Marco Rocha asumió la Dirección y permaneció en ella a lo largo de 32 años, imprimiéndole su carácter e identidad. Fue seguido por Mauricio Rodríguez, muy destacado exalumno de las primeras promociones. Luego José Manuel Restrepo nos acompañó como rector, quién rápidamente se incorporó como miembro ilustre de la familia Cesa y quien ha dejado una honda huella en la institución y en el país recientemente.

Posteriormente, fue sucedido por Henry Bradford, egresado sobresaliente, con quien el Colegio siguió brillando y aportando significativamente a la comunidad empresarial nacional. Ahora la batuta la tiene Emilia Restrepo, exalumna, que con su liderazgo e innovación está llevando a nuestra querida institución a nuevos campos nunca imaginados.

Como filosofía, el Cesa decidió desde un principio poner especial énfasis en una formación sólida, integral, humanista, basada en la ética y en la moral. En una disciplina de confianza y en una educación personalizada, que les permitiera a los egresados un desempeño fundamentado sobre principios claros en la orientación y en la dirección de sus actividades, para que lograran ejercer su profesión con éxito, dignidad, sensibilidad social y honradez.

El espíritu emprendedor y la necesidad de generar nuevos negocios y maneras distintas e innovadoras de hacer las cosas han sido también factores preponderantes de la vida de la institución, que tenemos que fortalecerlas y proyectarlas aún más, para lo cual Incolda dejó el legado y el mandato en el momento de la fusión con el Cesa, aportando adicionalmente todo su patrimonio para el buen desarrollo y fortalecimiento de la innovación en la institución.

Pero la aplicación en la vida real de esos conocimientos, teorías y herramientas adquiridos, es tarea compleja en el día a día. Aquí habrá que interactuar con cuatro públicos diferentes, con intereses distintos, a veces enfrentados e igualmente importantes: primero, los clientes que siempre tendrán la razón y que requieren de una atención esmerada y eficiente; segundo, los trabajadores, que esperan además de un trato cordial y salarios justos acordes con sus necesidades, un protagonismo y desarrollo personal; tercero, la comunidad, que demanda el pago de impuestos, gravámenes, contribuciones, el cuidado del medio ambiente, atención y responsabilidad social y el cumplimiento de las leyes y reglamentaciones, entre otras muchas cosas; y por último, los accionistas, que estarán pendientes de los mejores resultados de su inversión, el mejoramiento de la producción o servicios y la proyección del negocio en el futuro.

Equilibrar estas cuatro variables, es la verdadera misión del administrador, quien deberá estar en continuo aprendizaje, preparación e innovación.

Hay cinco aspectos que siempre deben estar presentes en nuestras vidas, tanto en la profesional como en la personal. Primero, ser un líder. Pero un liderazgo ganado a punta de aprecio, cariño, respeto, confianza con todos los que nos rodean. Segundo, desarrollar y aplicar el sentido común en toda su amplitud. Tercero, llevar a feliz término las responsabilidades encomendadas con verdadera pasión. Cuarto, fijar metas y chequear regularmente los resultados. Y por último, todas nuestras actuaciones deben estar enmarcadas dentro de la ética y la moral y ser realizadas con total honradez.

Una reflexión final que nos viene de una de nuestras últimas reuniones: el hogar y la familia son el refugio seguro a donde llegamos a reposar todas las noches después de cada agotadora jornada. Es lo más valioso que tenemos y que debemos conservar. Y es lo que de verdad nos queda al final del crucero por la vida profesional.

En estos días he pensado, en esas varias conversaciones casuales que tuvimos Ignacio, Gilberto y yo hace 50 años y que a fuerza de tomar iniciativas y recibir apoyo de tanta gente, y quiero recalcar aquí el de mi mujer, el Cesa es hoy la mejor escuela privada de negocios del país, con los mejores empresarios, con los mejores administradores, con los mejores profesores y con los 9.765 líderes que aquí se han formado.

Qué momento tan especial es el actual. Ser parte de esta querida familia de egresados, en el que ese sueño ha traspasado sus metas. Muchas gracias!

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