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TRIBUNA UNIVERSITARIA 16/10/2025

La libertad de expresión bajo ataque

La libertad de expresión está bajo ataque. Y no me refiero únicamente a aquellos países que, lamentablemente, no cuentan con este derecho en su Constitución; me refiero también a países cercanos e incluso a la misma Colombia, naciones que comparten el derecho constitucional a la libertad de expresión.

En los momentos más oscuros de la humanidad, la libertad de expresión ha sido amenazada; no obstante, el ser humano siempre ha encontrado la manera de expresarse en secreto, ya sea a través del arte, la poesía u otras formas que han demostrado a los regímenes que nada puede silenciar las ideas.

La libertad de expresión no es lo mismo que el discurso dañino; al distinguir uno del otro, se abre el camino para la conversación y la crítica constructiva. El discurso dañino amenaza la libertad de expresión y revela el miedo hacia aquellos que piensan diferente.

Matar, amenazar e intimidar es el camino fácil. Debatir con ideas y enfrentarse a los cuestionamientos no es fácil, pero es lo correcto. Desafortunadamente, muchos han decidido tomar el camino fácil, devolviendo a Colombia a sus épocas más oscuras, en donde casi se normalizó fallecer por pensar diferente.

Silenciar la voz de quienes disienten con sus ideas es un acto de cobardía y una muestra de temor hacia quien combate con argumentos. Pensar diferente no es un error; es la esencia de la humanidad. Nadie debería vivir con miedo a expresarse de manera respetuosa o a pensar libremente.

En el colegio y en la vida se enseña mucho el arte de debatir, pero poco se enseña el arte de oír y reflexionar. Solo así podremos construir una sociedad en donde haya espacio para escuchar y discutir todas las ideas con respeto y dignidad.

En las épocas más oscuras de Colombia se asesinaba a quien amenazara con ideas. Periodistas como Diana Turbay y Guillermo Cano Isaza perdieron sus vidas al alzar la voz y argumentar a favor de la extradición. Varios candidatos presidenciales como Rafael Uribe Uribe, Luis Carlos Galán Sarmiento, Jorge Eliécer Gaitán, Carlos Pizarro Leongómez, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, Álvaro Gómez Hurtado y Miguel Uribe Turbay también fueron víctimas.

Miguel, al igual que muchos otros líderes, fue arrebatado de su vida por debatir con ideas y sufrió las consecuencias de pensar diferente. Entre lo más doloroso del caso más reciente está el hecho de que quien portaba el arma tenía tan solo 15 años: un ejemplo de un joven que no tuvo la oportunidad de aprender y ejercer la libertad de expresión en un espacio seguro.

La libertad de expresión no solo se manifiesta en el discurso, también puede ejercerse a través del arte, la música, el deporte y de 1.000 maneras más. Inculcar prácticas artísticas en la sociedad, especialmente entre los jóvenes, se reducen las tasas de violencia y aumenta la paz.

Para asegurarnos de vivir en un mundo donde no tengamos miedo de hablar, debemos fomentar e invertir en los valores de la libertad de expresión no solo desde un punto de vista legal y constitucional, sino también desde un ángulo moral.

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