.
Analistas 27/11/2012

Isla de San Andrés: Estado asociado o autonomía

Eduardo Verano de la Rosa
Gobernador del Atlántico
La República Más
  • Agregue a sus temas de interés

Desde 1819 heredamos una Colombia robusta que incluía el archipiélago de San Andrés, pero de allí en adelante, el país ha ido perdiendo porciones de terreno como si le hubiesen hecho una periódica liposucción.

Las relaciones internacionales de Colombia y, en especial, los litigios limítrofes han sido siempre manejados por muy pocas familias privilegiadas del barrio de La Candelaria de Bogotá que representa ese centralismo que ha menospreciado y desdeñado nuestras fronteras.

En el caso específico de San Andrés, hay la sensación de no haber empleado la estrategia adecuada: los raizales jamás fueron escuchados y hoy tenemos que aceptar con vergüenza y resignación que hemos perdido otra porción importante de nuestras áreas marinas.

Un repaso metódico de documentos históricos deja un sabor amargo. Desde que los nicaragüenses se apoderaron de la Isla de los Mangles en 1890 hubo un cruce de cartas entre Colombia y Nicaragua que deja mucho que desear en materia de claridad y seguridad en la defensa del territorio nacional.

Ese sin sabor se acrecienta en la época de Olaya Herrera (1930-1934) cuando en la correspondencia se lee como se deben ceder los derechos sobre la Costa de Mosquito e Islas Mangles a cambio de las islas e islotes del Archipiélago.

También le atribuye “un valor insignificante a las Islas e Islotes inhabitados e inhabitables”. Concluye que Colombia debía negociar simplemente por el derecho a la pesca y por un cañonero para cuidar el trayecto entre San Andrés y Cartagena.

El sabor amargo continúa -según los entendidos en la materia- cuando Estados Unidos interviene en la firma del tratado Manuel  Esguerra-Jose Barcenas. La conclusión es simple: tres semanas después de ese acuerdo de 1928 hay otro complementario entre Estados Unidos y Colombia representada por Vásquez Carrizosa en el que se cede el derecho a la pesca en cercanías de los cayos Quitasueño, Roncador y Serrana.

Esos entendidos creen que Estados Unidos estuvo detrás de ambos   procesos, como lo estuvo en la separación de Panamá.

Hoy, simplemente estamos ante una decisión del más alto tribunal -la Corte Internacional de Justicia CIJ-  del cual Colombia hace parte al suscribir el Tratado de Soluciones Pacíficas en 1948, conocido como Pacto de Bogotá.

Cabe destacar que Colombia no solo aceptó ir al Tribunal sino que también comparecer ante él.

Ojalá no sea tardía y por fuera del tiempo estratégico la orden presidencial de acercárseles a ver ‘que se puede hacer’. Si se hubiera hecho ese acercamiento hace 15 años otro sería el escenario. Además, ¿qué se va a negociar ahora? ¿Cuotas de pesca? ¿Derechos en explotación petrolífera?

La Frontera no es solo el meridiano 82. La frontera tambien es su cultura, su identidad, su valor patrimonial para un pueblo que tiene en el mar su capital mas entrañable.

Ante el hecho cumplido hay que estudiar muy bien el camino a seguir. Los raizales exigen, con un criterio que hay que respetar y apoyar, rechazar el fallo y no acatarlo hasta que no se busquen mecanismos para que los escuchen.

El Consejo Departamental de Planeacion del Archipiélago cree que la defensa que hizo la Cancillería fue errada porque se basó en una cédula real de 1803 y no fue tenida en cuenta la posesión que los raizales tienen del territorio de San Andrés hace 400 años, cuando les fue entregada por los ingleses.

Hoy buscan que a través de un nuevo Estatuto Raizal se les dé autonomía para el manejo de sus asuntos internacionales, incluso hablan de llegar a ser un Estado Asociado (como el caso de Puerto Rico con Estados Unidos).

Creo que  debemos pensar en una modalidad de autonomía para que tengan mayor injerencia y autodeterminación en el manejo de sus propios asuntos.

También es necesario que Colombia desarrolle un plan real de manejo de sus mares y océanos en el cual repose una política ambiental y de conservación sostenible, de pesca artesanal e industrial, de manejo de los puertos, del turismo y de la explotación de gas y petróleo.       

Después del fallo no podemos fallar.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA