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Analistas 28/05/2021

Atención remota para la primera infancia

La pandemia condujo a medidas de aislamiento social conocidas por todos, entre ellas el cierre de la atención presencial a la primera infancia. Esto empujó al Gobierno a reaccionar rápidamente cambiando la manera de prestar servicios hacia la modalidad remota. Dos estrategias que surgieron en este contexto fueron Aprender en Casa, del sector educativo colombiano liderado por el Ministerio de Educación (MEN) y Mis Manos Te Enseñan, del Icbf.
En el país, la política de desarrollo integral de la Primera Infancia De Cero a Siempre se coordina desde la Comisión Intersectorial para la Atención Integral de la Primera Infancia (CIPI), institucionalidad que solicitó se evaluaran las estrategias mencionadas. Por ello, entre finales de 2020 e inicios de 2021, Econometría Consultores en alianza con EASE de México, con financiación del Banco Interamericano de Desarrollo evaluó el diseño, la eficiencia y efectividad de las dos estrategias de educación inicial y preescolar. En esta columna se destacan algunos de los principales hallazgos y aprendizajes de la evaluación.

En Aprender en Casa, el MEN creó materiales educativos y lineamientos que puso a disposición de docentes para llevar a cabo educación inicial y preescolar durante la contingencia, aprovechando actividades cotidianas de niñas y niños en sus hogares. Esto se consolidó en la plataforma “Aprender Digital: contenidos para todos”. A partir de ello, los docentes adecuan el material a su necesidad y realidad local y lo aplican de manera remota, junto con cartillas y kits pedagógicos que se envían a los hogares, enlazándose con las familias de sus estudiantes vía telefónica o virtual. Esta estrategia se complementó con el diseño y realización de programas educativos emitidos en medios de comunicación masiva, principalmente, televisión y radio.
De otro lado, la estrategia Mis Manos Te Enseñan se creó con el propósito de dar continuidad a los servicios a la primera infancia que brindaban los centros o unidades de servicio del Icbf. El propósito entonces es acompañar a las familias en el cuidado, crianza y educación inicial de sus hijos, mediante pautas y prácticas apoyadas con contactos telefónicos continuos, cartillas y kits pedagógicos. La estrategia también contempla el suministro de una canasta nutricional de alimentos para preparar, buscando preservar la nutrición brindada a las niñas y los niños. El Icbf acogió un enfoque de fortalecimiento a los vínculos familiares en torno de la crianza, convivencia y aprendizaje de los más pequeños del hogar.

Para esta investigación se realizaron multiplicidad de actividades innovadoras iniciando por el levantamiento de información remota cuantitativa (encuestas) y cualitativa (etnografías digitales, talleres delphos y entrevistas semiestructuradas) que cubrieron a los hogares beneficiarios y al talento humano y coordinadores regionales de la operación de las estrategias. A partir de ello y la información secundaria disponible, se realizaron evaluaciones de diseño de las intervenciones, caracterizaciones de la población objetivo, de procesos, de resultados y recomendaciones. En general, se encontró que las estrategias presentan un diseño sólido basado en modelos de intervención con evidencia documentada y con premisas claras sobre el problema a resolver, la población a la que buscan beneficiar y los medios para lograrlo.
Puntualmente se resalta que se ha logrado, como nunca antes, unas fluidas y sólidas comunicaciones entre profesores y familias. Dado que los hijos no vienen con un manual de instrucciones, contar con el acompañamiento de expertos ha resultado ser un elemento muy valioso para los padres, que ahora se muestran más interesados en cómo interactuar y educar a sus hijos. La clave aquí es evitar saturar a las familias que, en condiciones de aislamiento completo, deben dedicar mucho tiempo y esfuerzo a la educación de sus hijos.
En línea con lo anterior, un hallazgo muy sólido es que las familias apreciaron la atención psicosocial brindada por el Icbf para el manejo de las emociones y el estrés propio del aislamiento y la convivencia familiar continua. Contar con pautas de esta naturaleza les permitió a los hogares mejorar su convivencia, según su propio reporte.

Se evidenció que las estrategias fueron bien recibidas por familias y profesores, que las consideran iguales o mejores que sus versiones anteriores. Su percepción es que niñas y niños han avanzado en el desarrollo desde sus casas y, aunque al inicio hubo dificultades, se valora positivamente los materiales, kits pedagógicos, guías o cartillas a las que tuvieron acceso. De todas formas, hay actividades que requieren de la presencialidad como la enseñanza formal de la lectoescritura, cómo sostener un lápiz, entre otras, sobre las cuáles la educación remota aún no da respuesta, además, esta educación implica que algunos procesos requieren mayor seguimiento en desarrollo y aprendizaje y en condiciones nutricionales y de salud de niñas y niños.

Otro gran reto de las estrategias de atención remota a la primera infancia en Colombia es la articulación. De una parte, se podrían potenciar los resultados logrados con una mayor coordinación entre el Icbf y el sector educativo tradicional. Hay sinergias importantes en su accionar que se dejan de lado cuando se opera en paralelo como se hace en su mayoría. De otra parte, la articulación dentro del sector educativo, liderada por el MEN, es un factor clave para fortalecer la estrategia Aprender en Casa. La cantidad de actores hace determinante trabajar sobre la comunicación clara y fluida entre ellos para asegurar el mejor uso de los recursos e incrementar el impacto sobre los beneficiarios.

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