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Analistas 06/05/2023

Movilizarnos, el gran dilema

Son muy pocas las personas que pueden darse el lujo cotidiano de decir que no tienen que movilizarse durante su jornada, bien sea para temas laborales, sociales o recreativos. Aún cuando puede parecer un asunto sencillo, el análisis no lo es tanto. ¡Al menos yo sigo tratando de resolverlo mañana, tarde y noche! ¿Cuál es la opción más viable, agradable, segura y económica para salir de mi casa? ¿Carro? ¿Bici? ¿Taxi? ¿Uber? ¿Transporte público?

Partamos del simple hecho de que si eres hombre o mujer marca toda la diferencia (no debería ser así, pues el respeto y la seguridad tiene que ser para cualquier persona), definitivamente no es lo mismo.

Las mujeres somos las mayores de víctimas de robos y acoso en la calle, desde el atraco hasta los tocamientos, pasando por los chocantes piropos. Así sea ir caminando en la calle se convierte en un riesgo, a lo mínimo que nos exponemos es a esos desafortunados piropos, chistes callejeros cargados de morbo machista.

A simple vista, la opción más económica sería el transporte público, pero en todas las ciudades colombianas, a mi manera de ver, no existe un sistema con las garantías necesarias para las mujeres. Sé que para muchas personas esta es la única opción, y no pretendo satanizarlo, pero confieso que a mi me hace sentir insegura y vulnerable; bajo la premisa de que la tranquilidad es algo que el dinero no puede comprar.

Mientras pueda, así represente una buena parte de mis ingresos, prefiero utilizar para mis movimientos un carro seguro vinculado a una plataforma tecnológica de movilidad. Caminar me gusta, que rico poder respirar aire fresco, oír música, hacer algo de ejercicio y evitar más gastos, pero eso sólo funciona en ciudades de 15 minutos, tal como está de moda ahora en el mundo. Las distancias casa - trabajo son muy grandes y por ello no siempre es viable ir andando.

Además, es triste, pero al menos yo camino siempre con el fantasma de la inseguridad, una sensación que parece no abandonarme de que en cualquier momento van a intentar robarme. Lamentable, pero no puedo negarlo.

También es cierto que Uber, Cabify o Didi, todas estas aplicaciones de transporte tampoco son 100% fiables y la sumatoria de los viajes representan un gran porcentaje del salario. ¡Cómprate un carro! Me diría alguien, pues además de moverte te genera una inigualable sensación de libertad, privacidad, seguridad, autosuficiencia, pero es también muy costo. Haga cuentas: gasolina a $11.500 el galón; Soat, seguro, impuesto, revisión tecnomécánica, parqueaderos, mantenimiento periódico. Uno se levanta y ya debe al menos unos $15.000 de carro sin haberlo movido. Ni qué decir del pico y placa.

Un eléctrico para evitar el pico y placa podría ser la solución sólo hasta que a las alcaldías les de por ponerles la misma regla de todos. Además la pila no es muy duradera y aún no existen abundantes lugares donde cargarlos. Movilizarnos es un gran dilema de todos los días que había perdido su importancia en tiempos de pandemia y de teletrabajo o trabajo en casa. Mi apuesta ahora será hacer de mi ciudad, al menos en donde trabajo y vivo, convertirla en una metrópoli de 15 minutos en donde no tenga que gastar fortunas en Uber ni horas en tiempo muerto en trancones. Siempre la solución estará en tus propias decisiones.

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