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Analistas 23/01/2019

El gran Festival que nunca pasó

Diego A. Santos
242 Media Director No Ficción

Iba a ser la madre de todas las fiestas. En una de las islas de las Bahamas. La cereza sobre el pastel del mundo de los influenciadores y los millennials. Un festival de lujo acorde a esa vida de ensueño que viven los primeros, y la oportunidad de miles de los últimos de compartir con ellos un par de días bajo el sol, el alcohol y la rumba. Y no cualquier rumba, sino con artistas como Major Lazer y los hermanos de Disclosure.

A las pocas horas de anunciarse el evento, planeado para la última semana de abril y primera de mayo de 2017, la boletería estaba casi que agotada. Se habían vendido unas 6.000 entradas y algunas a US$250.000. El acceso más “económico” era de US$10.000.

Algunas de las más poderosas influenciadores del mundo, como Kendall Jenner y Emily Ratajkowski publicitaron el evento en sus redes sociales. Se dice que Jenner recibió US$250.000 por una sola publicación, en la que además ofrecía un código de descuento.

Jamás se había organizado un Festival de influenciadores de ese calibre. Los promotores del evento inclusive anunciaron que habría un sorteo para quedarse con un pedazo de la isla, que decían, había pertenecido a Pablo Escobar.

La semana pasada, los servicios por streaming de video Netflix y Hulu sacaron sendos documentales sobre el Fyre Festival. Sobre esa gran fiesta que nunca sucedió y que resultó ser el mayor fraude que se conozca hasta el momento contra el mundo de los millennials e inclusive la generación Z. Un tercio de los que compraron entradas alcanzó a llegar a la isla, solo para encontrarse carpas raídas para dormir y un sánduche como comida.

Ambos documentales son apasionantes para aquellos que quieran entender la burbuja que se ha construído en este mundo pegado a la pantalla del celular, pero al mismo tiempo para racionalizar el poder que han adquirido los influenciadores en el mundo de la publicidad y de las marcas.

Si no tienen tiempo de ver ambos, el documental de Hulu es más periodístico en cuanto a reportería se refiere. Trata de tomar una visión más objetiva de lo que sucedió. El de Netflix es totalmente inmersivo. Cuentan con toda la construcción y desarrollo de las ideas. Tienen unas tomas detrás de cámara que van mostrando el sorprendente montaje de semejante farsa con los dos promotores del equipo.

Desde la publicación de los documentales, publicaciones como la BBC, Forbes, Vogue y Esquire han puesto la lupa sobre el mundo de los influenciadores. ¿Se acabó el mundo de estos?, se preguntaba la BBC.

“Se les perdonaría por pensar que lo que sucedió en el Fyre Festival son pésimas noticias para la industria de los influenciadores. Pero estarían menospreciando el enorme efecto teflón que tienen frente a las adversidades”, responde la cadena británica a su propia pregunta.

El mundo de los influenciadores se ha ido consolidando fuertemente en los últimos años. Y a este universo se la han sumado los micro influenciadores, que son personajes que cuentan con menos de 10.000 seguidores en sus redes pero que gozan de enorme credibilidad entre sus audiencias.

No obstante, lo que sucedió en el Fyre Fest es un alto en el camino que le debe servir tanto a influenciadores, como a millennials, marcas y entes reguladores sobre cómo proteger a las audiencias. Por una cuestión de ética, no pueden seguir siendo ruedas sueltas.

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