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Analistas 28/01/2020

¿Salarios bajos?

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

En su comentario económico en La República, Anif hace un juicioso (y sesgado) análisis del mercado laboral centrándose en lo que los economistas consideran la “ley universal” a la hora de fijar salarios mínimos mensuales, esto es que el salario no debe subir por encima de la suma de inflación y productividad. Así las cosas el ajuste del SML ha debido ser del 4,5% y no de 6%, porque según argumenta Anif, esos mayores costos laborales inciden en el desempleo y el pobre desempeño de las exportaciones. Igualmente la publicación muestra que Colombia tiene el segundo salario mínimo mas elevado de la región en términos de dólares (PPP) y los costos no salariales mas altos de los países de la Alianza del Pacífico.

Sin lugar a dudas ese análisis llevaría a la conclusión que para que el país progrese se hace necesario bajar el salario mínimo. Ello, se concluye, llevaría al pleno empleo y la expansión de nuestras exportaciones. Pero no se necesita ser doctor en economía para saber que esto no es cierto, ya que partiríamos del hecho que la pobreza genera riqueza, en tanto que menores ingresos para el sector mas pobre de la población es la base del crecimiento. M. Porter en su libro de Competitividad hace un listado de los conceptos que equivocadamente se toma como básicos para la competitividad. Entre estos está creer que menores salarios genera mayor competitividad.

Es que el planteamiento lógico parte de supuesto falsos (lo que normalmente es cierto en teoría económica) y en este caso el análisis obvia dos aspectos importantes a tener en cuenta. Primero que mas de la mitad de los colombianos que trabajan ganan menos que el salario mínimo según diversas fuentes (Dane y DNP). Siendo esto así la norma del SML aplica para un grupo reducido de empresas que probablemente tienen niveles de productividad superiores al promedio nacional y que no les afecta sus ganancias cuando la base del SML se incrementa por encima de la productividad media. Pero aun suponiendo que ello no sea así, cabe la pregunta de quien es el responsable de la baja productividad de las empresas; los empresarios o los trabajadores? Quien debe pagar los platos rotos?. Es sabido que las empresas que emprenden renovación de tecnologías y capacitación laboral ayudan a mejorar la productividad. El estado también tiene su cuota de responsabilidad.

El segundo aspecto a tener en cuenta es el de la equidad. Es claro, y todos los trabajos así lo indican (Gary, Cepal etc), que el nivel de concentración de ingresos en Colombia es, sino el mas alto, uno de los mas altos de región. Esto no quiere decir otra cosa que los ingresos se concentran en los mas ricos y que los aumentos del SML no están logrando que se mejore la distribución, lo que lleva a pensar que no obstante estos ajustes los de “arriba” siguen teniendo incrementos en sus ingresos proporcionalmente mayores a los de “abajo”. Quienes critican el sistema tributario colombiano se centran en las gabelas tributarios de las que gozan las empresas, que según quienes las defienden son esenciales para mantener la competitividad en un entorno con las condiciones de Colombia. Para usar la expresión inglesa de “no se puede cortar el ponqué y comérselo” no se deben defender gabelas tributarias que garantizan la competitividad y quejarse del salario alto porque genera baja competitividad.

En resumen no se puede discutir el tema del SML si no se tiene en cuenta la estructura del mercado laboral, la estructura tributaria, los temas de distribución del ingreso y las productividades segmentadas.

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