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Analistas 20/11/2018

Salario mínimo: ¿quién paga la cuenta?

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

============Txt. GENERAL (32066050)============
Ya se inició la discusión del reajuste de salario mínimo y los argumentos que se esgrimen de lado y lado son los mismos de siempre. Por el lado de los empresarios, el argumento central es que el poco incremento en productividad impide un aumento superior a aquel de la inflación y ese pequeño reajuste por productividad. Por su parte y con razón, las centrales obreras y los voceros de los trabajadores insisten en que lo que gana un trabajador con salario mínimo no alcanza para vivir.

Ambos tiene razón en sus argumentos, pero ello no permite avanzar ni en mejorar las condiciones de los trabajadores ni incrementar la productividad. Yo me formulo la pregunta de una manera diferente: ¿quién debe pagar los platos rotos de la baja productividad del país, los trabajadores o las empresas?, ¿Quién es en últimas responsable por los bajos incrementos en productividad en Colombia?

Los pobres desempeños en productividad resultan de una mano de obra que no tiene la formación necesaria, de una obsolescencia en la tecnología que se usa y de una mala gerencia de los recursos productivos por parte de las empresas. Solo mejorando las prácticas gerenciales, incorporando de manera permanente nuevas tecnologías y capacitando la mano de obra, el país podrá lograr incrementos significativos en productividad.

Pues bien, si esto es así, es evidente que es al empresariado a quien corresponde la tarea de jalonar los procesos que lleven a incrementos de productividad y no a los trabajadores que no tienen los recursos para que ello sea posible. Para muchos empresarios (no todos) resulta mas fácil mantener salarios bajos que incrementar la productividad. Para ello no se requiere que se implementen procesos de investigación y desarrollo en las empresas, ni invertir dineros en formación del capital humano, ni tomar riesgos con nuevas tecnologías. Tan solo requiere hacer el lobby correspondiente a finales de cada año para que los ajustes no alteren su obsoleto modelo de negocio.

¿Qué pasa si pensamos diferentes y partimos del supuesto que un aumento de salarios por encima de la productividad resulta en una fuerza capaz de obligar al empresariado a aumentar su productividad porque ello lo fuerza a que sus utilidades no dependan de malos salarios, sino de su capacidad de ser más eficiente?

Me dirán que un incremento de los salarios por encima de la productividad generará más informalidad, como si el hecho de haber tenido hasta ahora un salario mínimo que no permite el mínimo de subsistencia hubiese impulsado la formalidad. Los países no se hacen más ricos ni generan más dinámica manteniendo los salarios bajos. Ello solo conduce a pobreza y subdesarrollo. Creo que no es la existencia de salarios altos ( que no lo son) lo que lleva a la informalidad. Tal vez en esta existen otros componentes importantes como la poca flexibilidad laboral y la carencia de sistemas de control del Estado sobre todas las actividades económicas.

A lo anterior sumemos que somos un país de una enorme desigualdad. Desigualdad reflejada en el coeficiente de Gini y que el Gobierno pretende subsanar mediante la formula del IVA, a la vez que busca bajar la carga a las empresas. No creo que sinceramente que la formula propuesta mejore sustancialmente la distribución del ingreso o la riqueza en Colombia. Ello tan solo se logra si existen mejores remuneraciones para aquellos de salarios mínimo y los profesionales jóvenes. Ingresos que les permitan ahorrar y formar un patrimonio.

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