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Odiar se ha vuelto el verbo por excelencia en Colombia. Tal vez el sentimiento común entre los colombianos es el odio. La mitad de la población odia a la otra mitad convirtiéndose en un verdadero sentimiento nacional. Y no es solo en política donde los odios son evidentes sino muchos otros frentes de la vida nacional.
En la política los seguidores de Uribe, no es que estén en desacuerdo con las políticas y las posiciones de Gustavo Petro, simplemente lo odian. Igual sucede en el campo petrista que no reconocen en su opositor diferencias de visiones sino simplemente un odio que puede y de hecho llega a violencia. Algunos que no está en uno u otro bando simplemente odian la política y a los políticos. Es que parte de la historia nacional se ha construido sobre los odios en la medida en que por años los liberales odiaban a los conservadores y a su vez estos odiaban a los liberales y la sola condición de ser de uno u otro partido merecía la muerte como en efecto la sufrieron mas 500 mil colombianos durante el período de “La Violencia”.
Hoy el país se ha transformado y del odio partidista estamos haciendo el tránsito hacia el odio de clases y en esta transición tenemos odiador en jefe, y ese es nadie menos que el Jefe de Estado que en cada discurso alimenta el odio hacia lo que él llama los ricos o los blanquitos o todo el que no esté alineado con él. Inspirado en el Marxismo -Leninismo que entiende la dinámica social como una lucha de clases en la cual no cabe la convivencia ya que la lucha política es por la dictadura del proletariado. Odiados los unos a los otros como yo os he odiado parece ser el fondo del discurso.
El odio es el germen de la violencia, porque el odio no da lugar al razonamiento, sino a la aniquilación del odiado. El odio es un sentimiento que no responde a la razón sino a la percepción. Se percibe que allí en el individuo reside todo el mal y por ello lo odiamos sin formula de solución. Se dirá que en política el odio se supera y a quien odiaba hoy es mi aliado mañana, y ello no necesariamente es cierto, pues lo que se puede ver es el principio del odio más favorecido en acción. Me alió con quien odio menos.
Pero el odio no solo se manifiesta en nuestra querida Colombia en la política, sino que se expresa de múltiples formas que generan más violencia. Se odia a la población con orientación sexual diversa y por ello estos ciudadanos merecen la muerte. Nos odiamos regionalmente. Los costeños odian a los cachacos y los cachacos odian a los costeños. Odiamos a los venezolanos o los negros o a los blancos o a los indios. Cada colombiano tiene su colección de odios que alimenta a diario con información falsa o verdadera que sirve para justificar su odio. Y la gran incubadora del odio son las redes sociales en las que el odio se manifiesta en insultos y en llamado a la violencia.
¿Cuál será el motivo del odio generalizado que lleva a la rabia colectiva? Yo pienso que no es más que la ignorancia y el temor a lo desconocido. Es la sensación de debilidad y la incapacidad de discernir lo que nos despierta ese odio. Y así la sociedad construye un discurso de descalificaciones mutuas que terminan en el odio a partir del cual es imposible construir consensos sobre temas básicos.
Hay que empezar a construir a partir de la escuela y de la casa una sociedad de entendimiento y amor al prójimo porque es allí en la escuela donde empieza el bullying y en la casa donde se incuban los odios heredados.
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