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Analistas 25/02/2017

La importancia de la historia

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales
La República Más
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La escuela de economía de Universidad Sergio Arboleda con ocasión de sus 20 años presentó el libro La Economía Colombiana en el Siglo XX escrito por el exministro Roberto Junguito. En diálogo con la participación los exministros Carlos Caballero y Alberto Carrasquilla y el codirector del Banco de la República Adolfo Meissen, surgieron planteamientos alrededor de la obra presentada que bien vale la pena reseñar.

El evento académico lo abrió el Doctor Rodrigo Noguera con una importante reflexión sobre el estudio de las ciencias sociales en general y en particular de la historia, llamando la atención sobre la poca importancia que en la educación escolar y universitaria se esta dando a estas materias. Con el recordatorio de que quien no conoce la historia esta condenado a repetirla, el Sr Rector puso de presente la importancia de la obra de Junguito y creó el escenario para el debate que siguió.

Un primer gran mensaje que recogió Meissel fue el hecho que después de un siglo XIX de estancamiento de la economía colombiana, la primera mitad del siglo XX fue una época de alto crecimiento para el país a pesar de la crisis de los años treinta y el inicio de una fuerte ola de violencia partidista. El gran protagonista de este éxito fue, según nos recordó el comentarista, el café, que aún hoy sigue siendo el mayor generador de empleo en el país. 

En lo que sucedió en la segunda mitad Carlos Caballero le dio mucho crédito al Decreto Ley 444 de 1967 mediante el cual el presidente Carlos Lleras organizó el tema de cambios en un momento que las reservas internacionales de Colombia eran negativas!!. Este ha sido un tema muy debatido pues aún hoy en día están vigentes muchas de las disposiciones de esta norma que muchos han criticado por aislar al país de flujos mundiales de capitales por años. No obstante Caballero resaltó cómo en este período la Banca Central fue más allá de su papel puramente monetario y terminó siendo fuente de financiación del desarrollo económico creando instituciones de fomento como Proexport y otras que buscaban impulsar la industria y la agricultura, casi que como una respuesta al descontento social que se había hecho manifiesto en la creciente violencia.

Finalmente hacia las dos últimas décadas del siglo el país empezó una ruta hacia la apertura con mayor liberación de los flujos de divisas, y una desgravación arancelaria que conoció el país como “La Apertura”. No obstante estos esfuerzos el país no se internacionalizó, como bien lo señaló Carrasquilla, y para hoy la participación de los flujos de comercio en el PIB no ha logrado una participación mayor a la existente a finales de la década de los setenta. 

El argumento de Carrasquilla señala que no solo no se logro el proceso de internacionalización sino que tampoco se desarrolló un sistema de capitales que permitiera atender la demanda de bienestar de una clase media que representa 30% de la población y que ha recurrido a la estabilidad mediante la demanda de recursos del Estado llevando a que el sistema fiscal vigente esté condenado al colapso.

Del coloquio cabe resaltar dos aspectos centrales; en primera instancia que el llamado del rector a estudiar la historia es imperativo y la segunda que tan solo una obra de la calidad de la escrita por Junguito despierta debates necesarios para entender la realidad del país.

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