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Analistas 17/03/2020

Corona sorpresa

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

Nunca había avanzado tanto el conocimiento en toda la historia de la humanidad. Las transformaciones que el mundo ha presenciado en los último 50 años no tiene igual en ninguna otra época. Se han hecho avances asociados a la tecnología que con herramientas como el internet y la inteligencia artificial nos lleva a mundos que solo existían en la imaginación de algunos pocos. La ciencias médicas han avanzado entre otros muchos trabajos gracias a las investigaciones que buscaba determinar la secuencia de pares de bases químicas que componen el ADN. Las comunidades científicas, la OMS y los gobiernos han venido preparándose para enfrentar eventos de transmisión masiva y ha tenido experiencia con varios virus corona, el Sars, el N1H1, la influenza aviar entre otros.

La pregunta que surge es ¿cómo es que con todo este conocimiento, con todos los medios de investigación existente en menos de tres meses un virus pone en jaque a la humanidad? Una vacuna no estará lista sino hasta finales del año, momento en el cual los millones de personas infectadas que habrán sobrevivido ya estarán inoculadas. Dado que no hay respuesta médica más allá del tratamiento a personas que presenten problemas respiratorios, y que la rapidez con que se propaga pone en jaque a los sistemas de salud pública, la solución a la mano parece ser la forma en la cual las autoridades sanitarias de los países abordan el tema.

China optó por una cuarentena total de millones de habitantes y esa estrategia trajo resultados positivos. La fórmula china difícilmente se puede reproducir porque muy pocos países tiene la disciplina social de esta nación. Corea optó por poner al servicio de la salud pública todo el conocimiento que se tiene de la ciudadanía que se da por la existencia de las redes sociales, y la tecnología, haciendo pruebas en los focos claves. En otras palabras, se activó el Gran Hermano.

Con otra estrategia diametralmente opuesta el Reino Unido ha optado por no realizar pruebas y concentrar sus recursos en aquellos ciudadanos que se vean afectados de manera más grave. Es decir que mientras los unos priorizan el contagio, el Reino Unido está priorizando sus esfuerzos en el tratamiento. Sobra decir que en ambas fórmulas, la mitigación del contagio y el tratamiento médico está presente.

Sabemos que la fórmula Coreana ha traído resultados exitosos, al igual que la China ¿Qué pasó en Italia que ha optado por diversas fórmulas sin mayores resultados y registrando el mayor número de muertes? ¿Qué va a pasar con la formula británica, criticada por la OMS? ¿Qué va a pasar con la fórmula Trump, que paso de señalar que se trataba de una gripa a la Emergencia Nacional sin que se conozca muy bien el fondo de la estrategia? Y más grave aún qué va a pasar en Colombia, país con poca disciplina social y un sistema de salud en crisis.

Occidente hasta ahora no ha podido sortear exitosamente el fenómeno. Con una población envejecida (que es la más vulnerable) dando palos de ciegos y restringiendo vuelos y los eventos, no está proponiendo fórmulas novedosas. Habrá que esperar a ver qué pasa en estos países a medida que la pandemia avanza. Igual a todos nos va a tocar y la pregunta es cuándo y si para el momento del pico de la epidemia tendremos los recursos humanos y físicos para atender a los verdaderamente afectados. Los único que sabemos es que como humanidad somos vulnerables en extremo y no queda otra lección que la humildad.

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