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Analistas 18/04/2024

Golpe de estadio

Andrés Otero Leongómez
Consultor en Investigaciones e Inteligencia Corporativa

Si la política colombiana fuera un partido de fútbol, Santos le estaría ganando a Uribe por goleada. Algo así como el 5 a 0 que le metió Colombia a Argentina. En el minuto uno llegó un autogol de CRUribe7, al meter a Santini al campo de juego. No había empezado el partido y el jugador austral -de mucha cancha-, ya se había metido al árbitro al bolsillo al cambiar de bando y declarar a Chavezinho como su nuevo mejor amigo. Él sabía que con esta movida se ganaría el apoyo de la autoridad máxima y aseguraría una victoria. CRUribe7 trató de reaccionar y empató el partido con una jugada de antología anotando el No en el plebiscito, pero el VAR-JEP se lo invalidó.

El equipo de CRUribe7 tenía el partido perdido desde antes de jugarlo. Tras bambalinas Santini logró cambiar las reglas de juego en mitad de partido. Le permitieron jugar en la Paz, sabiendo que la altura dictatorial de La Habana le daba ventajas. A los de su equipo los dejan pegar por detrás, hacer faltas en el área y el central se come todos los piscinazos de NeyCepeda, acusando a CRUribe7 de provocarlo. Al Santini -en Cambio- no le pasan revista ni le revisan jugada alguna en el VAR. Lo dejaron cambiar de camiseta en pleno partido, recibir patrocinios de Odebrecht y armar un equipo galáctico sin cumplir el fairplay financiero, y ni Carlos Antonio Vélez en ‘Palabras Mayores’ pudo analizar la jugada.

El equipo lo maneja el ‘Mister’ Santini, mejor conocido como cara de póker, pues gana los partidos sin derramar una gota de sudor.

En su equipo juegan: El cancerbero Barreras, experto en cambios de bando y acelerar el ritmo del partido -de la U-. La defensa la componen las Farc, incluyendo algunas de sus más feroces leñeros que nunca salieron del campo -de batalla- y otros narcoterroristas amnistiados, expertos en jugadas quiebrapatas y quemar tiempo. Se caracterizan por salir por la banda izquierda. A su punta de lanza -Petro-, le permiten meterse por la raya, jugar dopado y amenazar con llevarse el balón -o expropiarlo-.

En el medio de contención juegan los hermanos narcoparacos, quienes llevan años dando pata y armando gresca sin que los amonesten. Su caso se llevó a la comisión arbitral, pero la razón para no expulsarlos fue la paz total. En este sector del campo también juegan la prensa y algunos falsos testigos, quienes son hábiles enredando el partido.

En el ataque juegan, la prensa y algunos líderes de opinión -incluyendo a su otrora estrella Julito- que finge de falso nueve y es hábil despistando al oponente. A esta nómina y gracias a los buenos oficios del mánager Leyva, llego directo del MLS el capocannoniere Mancuso, quien estaba cansado de permanecer en la banca del equipo contrario. La idea es que ocupe la banda derecha.

Y como si esta alineación fuera poco, a último minuto incorporaron a la estrella del fútbol femenino proveniente de la liga guatemalteca, quien promete ser toda una estrella. No llevaba ni un minuto en el campo de juego y metió un golazo sin balón, acusando a CRUribe7 de pegarle a CepedaNeymar y no al revés, logrando su expulsión. Todos estamos esperando la decisión del VAR.

Mi equipo del alma -Los Uribearios- está desmoralizado y no levanta cabeza. No han podido quitarse la marcación hombre a hombre y se echaron al árbitro encima. Pero como en el fútbol, la tribuna siente que le robaron el partido. Si siguen pitando así, es posible que las barras bravas salten a la cancha y armen un desmadre -o un golpe de estadio-.

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