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Analistas 20/12/2018

Ciudades cero emisiones

Analista LR

Los retos globales por el cambio climático han sido enfrentados de diversas maneras por los centros urbanizados, pasando desde una desidia pasmosa de algunos lugares hasta una envidiable sagrada obsesión en algunas otras. Esa transformación no da espera.

Existe una teórica discusión entre crecimiento económico y sostenibilidad ambiental, que afortunadamente comenzó a superarse y que, al contrario, el compromiso con nuestro entorno empieza a generar tanto reducciones enormes en costos que permiten mayor competitividad como nuevas e interesantes oportunidades de negocios. La ciencia y la tecnología han sido fundamentales en ese avance, y los logros que avecinan permitirán seguir avanzando rápidamente hacia ciudades con cero emisiones de carbono, un reto que parecía inlograble hace algunas décadas.

Ese objetivo, el de lograr crecimiento económico local con un compromiso absoluto con la naturaleza y la biodiversidad, se debe convertir en un compromiso común para todos los ciudadanos, y en especial para los líderes públicos y privados.

Para ello, se debería llegar a unos acuerdos sociales mínimos sobre al menos los siguientes puntos en los próximos años, para quienes no hayan comenzado a hacerlo:

Energía
La generación de energías limpias, y en especial la autogeneración vía paneles solares, debe auspiciarse de manera agresiva. La eficiencia y la reducción de costos de generación han sido grandes determinantes para estos cambios, pero debe existir un enfoque en los sectores más vulnerables de la población, que aún no tienen facilidades de conversión a dichas tecnologías. Si a esto se suma la posibilidad de almacenamiento y a una eventual venta posterior a un sistema interconectado, estaremos hablando no sólo de una mejora ambiental sino de ingresos económicos adicionales para muchos.

Agua
El cuidado de nuestras fuentes de agua para consumo urbano debe repensarse de manera drástica. Por un lado, la protección de quebradas y ríos debe asegurarse sin reparo alguno, pues los vertimientos industrial y humano tienen aún muchas salvedades que no pueden tolerarse. De otro lado, la pecaminosa utilización de agua potable para innecesarios fines (tales como cuidado de jardines, lavado de maquinarias o vertimiento de aguas residuales sanitarios, entre muchos otros) debe ser prohibida y obligar a aprovechar las aguas lluvias y las subterráneas en las ciudades para darles su verdadera funcionalidad.

Aire
Para lograr cero emisiones de carbono, urge una decisión política de movilidad sostenible pública (en donde debe comenzar el ejemplo antes de exigir) y privada: más peatones, más bicicletas, más transporte masivo, más tecnología limpia en el transporte privado (por vehículos eléctricos o por cambios urgentes en los combustibles). Igualmente, obligan políticas para cambios sustanciales en anticuados procesos industriales.

Posdata: por efectos de espacio en esta columna, dejaré para una segunda parte los temas relativos a la arborización de las ciudades, el manejo de residuos sólidos y los retos en cambios culturales, normativos y tecnológicos que se requieren para lograr el objetivo de Ciudades cero emisiones.

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