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Analistas 30/04/2022

Madres guerreras

Alfonso Aza Jácome
Profesor de Inalde Business School
Analista LR

Dentro de una semana celebraremos en Colombia el Día de la Madre. Ser mamá es algo grandioso y exigente, pues implica traer una persona a este mundo. Es algo que cambia y compromete la vida de una mujer para siempre, pues debe asumir desde transformaciones físicas, a veces incómodas y dolorosas, hasta cambios en su estilo de vida. En la mayoría de los casos, son mujeres que han asumido esa responsabilidad haciendo muchos sacrificios para sacar adelante a sus hijos. Por eso, durante esa jornada honraremos la maternidad de millones de madres colombianas. Será una fiesta llena de alegría para las mamás y el país se paralizará como si fuera otra Navidad.

Sin embargo, existe una categoría especial de madres: aquellas que lo son por partida doble. Son madres y padres al tiempo, pues, por el motivo que sea, sacan adelante a sus hijos ellas solas. Y eso sí es un verdadero desafío. En nuestro país, ese grupo de mujeres es enorme. Según las cifras del Dane, en Colombia hay más de 5,1 millones de hogares con una “jefatura femenina sin cónyuge”, de un total de 17 millones de hogares.

Esas mujeres son madres “guerreras”. La mayoría de ellas están condenadas a renunciar a muchos de sus sueños profesionales. La solución, tal vez, pasa por aceptar que no todo es perfecto y que si no se logra la perfección deseada no pasa nada. Así sucede en la película de Disney, “Encanto” en la que, con más realismo que fantasía, retratan la sociedad colombiana. Ahí se destacan los personajes femeninos que asumen nuevos roles alejados del estereotipo de “princesas perfectas” y se convierten en las responsables de la supervivencia, el sustento familiar y la jefatura de sus hogares.

Estas mujeres son las nuevas heroínas de carne y hueso. Porque ser madre y estar sola no es una tarea fácil y, menos aún, cuando hay desigualdad laboral, falta de oportunidades y vacíos legales que no las benefician, ni a ellas ni a sus hijos. Por ejemplo, con frecuencia deben afrontar procesos en tribunales con los padres de sus hijos, quienes les otorgan unas cuotas alimentarias irrisorias o desaparecen para no asumir su responsabilidad. Cada año, hay en Colombia más de 75.000 denuncias por inasistencia alimentaria. Incluso, es posible que esa cifra sea más alta porque no todas las madres denuncian.

Todas estas reivindicaciones se perciben en muchos casos como “cosas de mujeres”, que el machismo contempla con indiferencia o, incluso, con cierta ironía. Esta pasividad propia de los hombres es fuente de grandes decepciones. Sin embargo, algo llama la atención: ¿Por qué los hombres no quieren ser padres? ¿Qué le ha ocurrido a nuestra sociedad para que la paternidad sea una figura rechazada, un interrogante problemático? Según las cifras del Dane en Colombia nos faltan más de cinco millones de padres…

Este contraste, entre una maternidad heroica y una paternidad ausente seguramente afecta la educación de los hijos, que crecen y forman su carácter sin un referente cercano de una masculinidad positiva. Por eso, los hombres deberían ser los primeros en luchar activamente contra las diversas formas que atentan contra la dignidad de la mujer. Tal vez, una buena manera de empezar es reivindicar la verdadera figura paterna, dando ejemplo en la propia casa, compartiendo las labores domésticas y el cuidado de los hijos. ¡Feliz Día de la Madre, guerrera!

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