El país que necesitamos

Colombia es un país complejo que ha sufrido fenómenos de violencia, crimen organizado, narcotráfico, secuestro y atentados a la población civil, corrupción, desempleo, inflación y devaluación, por mencionar algunos de los más evidentes. Colombia dista de ser el país que necesitamos.

Es cierto, ¡necesitamos un mejor país! Pero, y si no somos nosotros, los más privilegiados de la sociedad quienes lo construimos, ¿quién lo va a hacer? Un primer paso, estimo yo, es ser más críticos con nosotros mismos, más conscientes del país que tenemos, de cómo funciona y reconocer que algunas de las sombras de Colombia las hemos permitido por nuestras omisiones y por nuestra falta de espíritu crítico y de acción decidida. Es momento de ver el vaso medio lleno y no solo medio vacío. Estimo las siguientes ideas pueden ayudar a identificar algunas de las necesidades del país:

• Necesitamos un país que sepa aceptar las diferencias para que quienes piensan distinto se puedan sentar en la misma mesa y sonreír y darse la mano sin temores ni odios. Un país donde nos sintamos hermanos y miembros de una misma especie.

• Necesitamos un país que sepa perdonar y pedir perdón, donde nadie se sienta mejor que los demás. Un país donde todos seamos conscientes de que, en gran medida, lo que hemos logrado se debe a la suerte o la bendición y no exclusivamente a nuestro propio mérito o esfuerzo.

• Necesitamos un país en el que cada persona entienda que cuando roba, no solo comete una injusticia, sino que se hace ladrón, pues la corrupción no es solo un fenómeno externo.

• Necesitamos un país con igualdad de oportunidades, donde cada persona tenga puntos de partida desde los cuales su propio esfuerzo personal le permita volar muy alto.

• Necesitamos un país en el que la justicia sea eficiente y efectiva. Un país en donde haya instituciones sólidas y fuertes, en el que reine el estado de derecho. Un país en el que la dignidad de la persona humana se promueva y respete.

• Necesitamos un país al que le duela que solo unos pocos tengan acceso a la educación. Un país que no acepte como normal que los niños menores de 5 años no tengan educación garantizada en los preescolares. Necesitamos un país con educación de calidad, incluida la universitaria.

• Necesitamos un país que entienda su propia dimensión en el contexto del cosmos y, en ese sentido, un país humilde. Un país en el que quienes tienen fe puedan ejercerla con libertad. Un país en el que no tener fe no sea un problema. Un país que acepte con apertura todas las posturas. ¡Un país abierto!

• Necesitamos un país compasivo, al que le duela el dolor del hermano. Un país en el que la noticia de un anciano o niño hambriento conmueva y movilice. Un país que comparta.

• Necesitamos un país que busque la verdad y que se pregunte siempre qué es lo justo y por qué. Un país que se permita entrar en diálogo y en el que todos vivan la premisa del poeta Machado: “Tu verdad: ¡No!... ¡La Verdad!... Vamos juntos a buscarla”.

El país que necesitamos lo construimos entre todos. No es tarea del Congreso, ni de las cortes, ni del presidente y su gabinete. Colombia, como cualquier colectivo, es reflejo de la suma de sus partes. Como afirmaba Charles Dickens: “hay sombras oscuras en la tierra, pero sus luces son más fuertes en el contraste”. De ti y de mí depende que seamos capaces de ver la intensa luz que tiene Colombia, de eliminar nuestras sombras y de construir juntos el país que necesitamos.