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La economía de Venezuela se ha contraído un 80% en términos reales desde que el pueblo venezolano cometió el error más grande de su historia al darle la presidencia a Hugo Chávez. Por ejemplo, desde que los venezolanos decidieron suicidarse, el bolívar ha perdido un 99,9% de su valor. En 1999 un bolívar compraba US$0,57. En 2025, la tasa oficial equivale a que un “bolívar fuerte” compre US$0,0068. Y eso asumiendo que se consigue la divisa…Entre 2007 y 2021 se eliminaron 14 ceros del bolívar, lo que implica una caída del valor nominal de la moneda de 10 a la 14 potencia. Desde que asumió la presidencia el criminal de lesa humanidad Hugo Chávez, han abandonado su patria 25% de los venezolanos. Según Grok, “Desde que Hugo Chávez asumió la Presidencia en 1999, se estima que más de 8 millones de venezolanos han emigrado del país, según proyecciones basadas en datos de la ONU y otras fuentes internacionales. Esta cifra incluye tanto las olas iniciales de emigración durante el período chavista (aproximadamente 1,5 millones entre 1999 y 2014, principalmente profesionales y clases medias) como el éxodo masivo a partir de 2015 debido a la profundización de la crisis económica, política y social, que ha llevado a más de 7,7 millones de salidas adicionales hasta 2024. Las estimaciones varían ligeramente según las fuentes, pero el flujo migratorio continúa, con proyecciones que indican alrededor de 8,4 millones para finales de 2025, representando más de 25% de la población venezolana original”.
La razón detrás de la debacle de Venezuela es muy sencilla: la implementación de la política de la envidia. La política de la envidia siempre ha llevado a los países que tercamente se han enfocado en buscar la igualdad a cualquier costo al mismo final, que viene siendo la debacle económica y social. La política de la envidia siempre comienza su camino destructivo con el discurso de odio en contra de los emprendedores y los industriales. Le siguen las expropiaciones a nombre de la “justicia social”, y de ahí en adelante vienen las políticas retardatarias de siempre: el control cambiario, el control de precios, la creación de ganadores (rentistas o enchufados), el total desorden macroeconómico, y, por último, la toma total del pesimismo dentro de la sociedad. El pueblo venezolano, así como el cubano, hoy no vive para crecer, sino para sobrevivir.
La pregunta del billón hoy en día es si por fin estamos cerca de ver el final de la dictadura comunista de Venezuela. La decisión de las fuerzas armadas de EE.UU. de militarizar los mares que bordean a Venezuela ha generado un altísimo nivel de especulación sobre si estamos cerca de ver el final de esta película tan deprimente. En mi opinión, es casi totalmente seguro que EE.UU. NO VA a avanzar en una aventura bélica en Venezuela. La razón es sencilla: el presidente Trump NO es un líder que le interese la geopolítica de Latam, y estoy muy convencido que la Casa Blanca no tiene ningún interés en poner en riesgo la vida de los soldados norteamericanos para forzar un cambio de régimen en el país vecino. Y, como he argumentado en columnas pasadas, Venezuela fue un jugador relevante del ajedrez petrolero global hasta 1990. Hoy en día, sin embargo, Venezuela es un cero a la izquierda, en gran medida por el incremento de producción que se ha visto en EE.UU. en las últimas dos décadas.
Lo que SÍ creo que va a pasar es que EE.UU. va a mantener su presencia bélica en el Caribe por varios meses. La razón es que la militarización de esos mares seguramente va a disminuir los cargamentos de droga que salen del Catatumbo al norte de Venezuela y que hacen escala en Haití. Si EE.UU. es exitoso en esa estrategia, pues entonces el flujo de caja del régimen venezolano se verá muy afectado, y ese infarto de divisas debería comenzar a afectar la estabilidad de la mafia venezolana, ergo, del Cartel de los Soles. Y si el régimen venezolano ya no logra tener los dólares necesarios para comprar la lealtad de Padrino López y compañía, pues entonces algún subalterno abusado quizás se anime a entregar o a liquidar a Maduro y a Diosdado a cambio de los cincuenta millones de dólares. Pueda ser…