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Analistas 20/07/2013

Como si estuviéramos en 1994

Alberto J. Bernal-León
Jefe De Estrategia Global, XP Securities
La República Más
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En 1994, cuando cumplía 20 años de existencia y estudiaba economía en la Universidad de Nueva Orleans, el consejo estudiantil de la Universidad abrió un salón de computadores en un salón dentro de la biblioteca de la universidad. Fue todo un acontecimiento. Era un salón con 10 computadores, más o menos. La innovación principal de ese salón era que no tenía los computadores bloqueados con Lotus 123, como el laboratorio de la facultad de administración, sino que tenía Netscape y acceso a ICQ. Poco a poco comenzamos a entender el poder de ese monstruo que se acaban de inventar, comenzamos a entender y dimensionar el potencial de los motores de búsqueda, de la eficiencia de poder leer las noticias en Internet, de poder comprar cosas por Internet. Y eso que aún estábamos a años luz de que se inventaran YouTube, iTunes, Facebook, Twitter y esos otros millares de innovaciones que siguieron la gestación del “IP” y del “http.” 
 
La estimación es que durante el boom inicial de internet la economía de EE.UU. creó alrededor de 10 millones de nuevos empleos. Quien no recuerda los años dorados de la Presidencia de Bill Clinton, años donde todos los graduados de EE.UU. conseguían excelentes trabajos una vez terminaban sus carreras, años donde el fisco de EE.UU. terminaba el año mostrando un superávit en vez de un déficit. Traigo todos estos comentarios a colación porque mucha gente en los mercados financieros anda en estos días con la fijación de comparar el 2013 con 1994 para advertir que EE.UU. está ad portas de entrar en un proceso de ajuste monetario comparable al de 1994.
 
El Presidente de la Reserva Federal de la época, Alan Greenspan, tomó la decisión de subir las tasas de interés de intervención en forma extremamente agresiva durante 1994. Lo hizo por una razón muy sencilla: porque quería bajarle el ritmo de crecimiento a una economía que estaba galopando a un paso que, poniéndolo en términos coloquiales, podía poner en riesgo la vida útil del caballo. En aquellos días el desempleo de EE.UU. rondaba el 4.5%, el consumo privado crecía por encima del 4% anual, y la economía de EE.UU. crecía, en algunos trimestres, a niveles anualizados cercanos al 7%. Viendo la realidad de la situación económica del momento, Greenspan decidió, muy responsablemente, subir la tasa de interés del 3% al 6% entre enero y diciembre de 1994. 
 
Lógicamente, ese movimiento de tasa de interés generó una apreciación acelerada del Dólar. Esa apreciación se vio alimentada por el flujo negativo de recursos hacia los mercados emergentes. Me explico: si tener dinero a la vista en EE.UU. pasó de rendir el 3% a rendir el 6%, ¿para que tener invertido tanto dinero en los países emergentes cuando el génesis de la inversión en mercados emergentes era precisamente el hecho que tener dinero a la vista en EE.UU. no generaba suficiente retorno? 
 
Las decisiones de política monetaria tomadas por Alan Greenspan fueron el génesis de la crisis del Tequila, crisis que generó un maxi descalabro en la economía de México, y crisis que causó un impresionante nivel de contagio en otros países del mundo emergente. Ahora, siendo honestos con la evidencia, ¿en que se parece el 2013 a 1994? ¿Acaso ya se nos olvidó que en 2013 trabaja menos gente en EE.UU. que los que trabajaban en el 2005? ¿Se nos olvidó que la tasa de participación laboral hoy está en el nivel más bajo de la historia reciente? ¿Se nos olvida que hasta noviembre pasado el mundo estaba convencido de la inminencia de la desaparición del Euro? ¿Se nos olvida que a pesar de la recuperación reciente, la tasa de construcción de viviendas nuevas en este momento es la más baja en 65 años? 
 
Bueno, y si no se nos ha olvidado eso, ¿cual es la manía con pronosticar que el mundo emergente está al borde del descalabro? Andamos necesitados de catarsis o cómo es la cosa?

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