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Analistas 03/07/2022

Trabaja en ti y ayudarás a restaurar el planeta

Adriana Gutiérrez Ramírez
Gerente de Bloom Ecoworking
Adriana-Gutiérrez-Ramírez

Hace ya algunos columnas he venido hablando sobre la sostenibilidad emocional como elemento base para lograr la sostenibilidad del planeta. Hoy quiero continuar hablando de este tema porque he logrado experimentar y concluir con claridad que es imposible restaurar el planeta sino trabajo primero en mi equilibrio emocional.

Asegura el humanista Santiago Molano en un podcast que la crisis ambiental es un espejo de la crisis mental del individuo y en eso estoy totalmente de acuerdo. Es ilógico pensar en generar armonía afuera cuando no existe adentro de nosotros.

“No se nos puede olvidar que los seres humanos vinimos a aprender y que el planeta con todas sus variables y escenarios es justamente ese salón de clases al que vinimos a hacerlo” .

De la misma manera, Claudia Bahamon apunta en el mismo podcast que el planeta es un espejo psicológico que nos muestra como individuos en qué debemos trabajar, refiriéndose un poco a todo lo que sucedió durante la pandemia con el respiro que tomó el planeta y a la cantidad de especies animales que salieron a disfrutar de lugares de los que habían migrado debido a los comportamientos del ser humano.

Así mismo es claro que el planeta nos muestra cómo individuos y no como sociedad todo aquello que debemos aprender para elevar nuestro nivel de consciencia y actuar en concordancia. Una vez estemos preparados, restaurados interiormente podremos dar un salto consciente hacia la restauración del planeta no solo desde lo ambiental sino desde lo económico y social.

Para nadie es un secreto que el planeta durante la pandemia nos dio una increíble clase magistral en la que desafortunadamente no todos los individuos aprendimos la lección de la misma manera.

Así como sucede en los colegios y universidades, hubo alumnos que no fueron a la clase, otros que que no aprendieron ni “jota” y otros cuantos que quedaron con algunos logros pendientes ~aunque ahí van a su ritmo-… lo que si es cierto es que en realidad pocos seres humanos lograron generar cambios armoniosos y sostenidos en sus vidas a raíz de esta situación.

Esto de la consciencia en definitiva no es un aspecto exclusivamente del colectivo, es un tema individual y hoy vemos cómo después de “asistir a la clase”, hemos vuelto a caer en el “tecno optimismo” y/o en la mala costumbre de delegar la responsabilidad de salvar el planeta a otros actores, como si se tratara de una responsabilidad ajena.

Las preocupaciones del ser humano post pandemia están más orientadas hacia el producir y ganar dinero a costa de lo que sea. Atrás quedaron aquellas lecciones de valores sociales que tanto pregonábamos como resultado de lo vivido durante la pandemia. Lecciones que hoy ya se olvidaron.

De aquella maravillosa clase magistral y de todas aquellas lecciones que nos muestra el planeta día a día con las guerras, los huracanes, las inundaciones, el hambre, la pobreza, la economía y demás no la hemos logrado entender, nos cuesta pensar que el tema es con nosotros mismos y como tal nos desligamos de la problemática sin entender que todo esto refleja nuestra realidad interna. Una realidad que a muchos genera ansiedad y desesperanza ante la impotencia de que querer hacer todo y ver que el otro no hace nada. Si cada uno se apropia de su parte sin pensar en los procesos del otro seguramente avanzaría mucho más en el propósito.

Cuando hablamos de restaurar el planeta, no podemos pensar en que los astros se van a alinear, la tecnología lo va a solucionar o la ONU lo va a resolver, cuando el verdadero problema habita entre nosotros. Restaurarnos a nosotros mismos es la clave para generar un nivel de consciencia supremo y en ese mismo orden de ideas avanzar hacia la sostenibilidad del planeta.

Nos hemos desconectado tanto del planeta que quienes hoy queremos hacer algo para restaurarlo. nos hemos dedicado a criticar el proceso de los demás, muchas veces sin entender el nivel de maestría o consciencia superior con que el planeta le enseña día a día a cada uno, así sea a través del “sufrimiento” o de lamentables y dolorosas catástrofes naturales, sociales y económicas.

Es preciso comprender que todo lo que pasa hoy en el planeta hace parte de la “necesariedad” de lo que le sucede a cada individuo para aprender lo que debe aprender.

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