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Analistas 10/03/2021

Pesca sostenible

Adriana Gutiérrez Ramírez
Gerente de Bloom Ecoworking
Adriana-Gutiérrez-Ramírez

La sobreexplotación de los mares y los océanos está dejándolos sin peces, según manifiesta la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en uno de sus últimos informes, al tiempo que reclama un modelo de pesca sostenible para garantizar la supervivencia de las especies y actividad pesquera.

No se trata dejar de comer ni deleitarnos con los exquisitos frutos marinos cuando estamos navegando por el mundo de la sostenibilidad; se trata de pensar antes de consumir, de investigar si las marcas o restaurantes preferidos tienen pesca sostenible.

Somos una sociedad extremista; quienes se sumergen en estos temas en muchas ocasiones prefieren limitar sus consumos y criticar a quienes lo hacen. Nos cuesta investigar y saber la real procedencia de todo aquello que consumimos, llámense zapatos, ropa o alimentos. “Pienso, luego consumo” debería ser nuestro mapa de navegación en el mundo de la sostenibilidad. A veces rechazamos sin argumentos, solo por suposiciones. Por fortuna, existen marcas alineadas con estos temas, que entendieron que el planeta necesita que todos hagamos un aporte real.

Ahora, si estamos enganchados con estos temas y nos encanta la alimentación proveniente de los mares, la solución no es parar su consumo. Por suerte existe la pesca sostenible y hay marcas, negocios y restaurantes que con todo el rigor se están comprometiendo con ella. Esta práctica consiste en dejar suficientes peces en el mar, respetar sus hábitats y garantizar que las personas que dependen de la pesca puedan mantener su medio de vida.

La sostenibilidad de una pesquera es un proceso continuo. En primer lugar, deben ser certificadas, se evalúan regularmente y el mejoramiento continuo hace parte de su propósito. La información científica también se completa continuamente para desarrollar nuevas maneras de conservar los recursos marinos para las generaciones futuras.

Mejor aún, podemos comer este tipo de productos con mayor tranquilidad cuando los peces que consumimos cuentan con sello de pez azul, que se concede a pesqueras que cumplen con el estándar, un indicador científico de pesca sostenible.

En Colombia existen restaurantes comprometidos con esta causa. Si nos gusta este tipo de alimentos, pero queremos hacer nuestro aporte a la sostenibilidad desde lo que consumimos, busquemos opciones como restaurantes que no apoyen la pesca de especies extraídas de zonas de reserva, áreas protegidas o prohibidas. También aquellos que cuentan con certificados de conservación y frescura que además velan por nuestra salud. Esta es una forma sencilla de combatir a los piratas de la sostenibilidad y aportar un pequeño grano a la preservación de ecosistemas.

Aquí comparto las principales ventajas de hacerlo, sin caer en extremos, pero manteniendo la mirada en el futuro. Sin duda la pesca sostenible es un método artesanal y a pequeña escala con altísimos beneficios sociales, económicos y medioambientales. Esta práctica protege la fauna marina ya que respeta el ritmo reproductivo de los peces mientras mantiene el equilibrio de otras especies. Asimismo, rechaza la caza indiscriminada pues usa métodos selectivos, contribuye a la seguridad alimentaria ya que es consciente con la pesca de especies de consumo humano. Genera empleo y es más responsable con el desarrollo sostenible de pequeñas comunidades de pescadores. La economía azul de la cual hace parte la pesca sostenible, abanderada por el economista Gunter Pauli es un tema apasionante y de alto impacto local del cual ya se están beneficiando comunidades en nuestro país.

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