¿Y si intentamos ver el vaso medio lleno?

Sin embargo, aún ante este entorno, la verdad es que existen aspectos favorables que merecen ser destacados. Si bien este año la economía registraría nuevamente un dinamismo moderado, lo cierto es que haber evitado una recesión (tal y como se prevé) se traduce en un logro significativo. Esto debido a que casi 50% del valor de las exportaciones se esfumó como resultado de la caída del precio del crudo y un complejo escenario de los países vecinos, implicando el choque externo más fuerte sobre la economía desde la Gran Depresión. Entonces, es posible que, tras la pérdida de cerca de US$30.000 millones en exportaciones y un 20% de los ingresos fiscales, el comportamiento reciente de la economía nos esté diciendo algo favorable, y no algo del todo negativo. 

En efecto, si el PIB colombiano logra avanzar cerca de 2% este año, esta tasa se constituiría en la tercera más alta entre los países comparables de la región, detrás de Perú y Argentina… al final, todo es relativo. Como resultado, el FMI elogió a Colombia por el manejo económico reciente para enfrentar el adverso clima internacional mientras que considera que las perspectivas a mediano plazo son favorables. 

Ahora bien, es importante resaltar que esto no es nuevo en cuanto la economía colombiana solo ha registrado una recesión en los últimos casi 70 años, lo que demuestra la capacidad de la actividad (y los colombianos) para hacer frente a choques adversos. 

Entonces, aunque no puede desconocerse que la situación actual es desafiante y los retos son enormes, probablemente es en escenarios como el actual donde deberíamos aprender a ver las ‘crisis’ como oportunidades y no sólo como profundos problemas, más aún si se considera que un bajo dinamismo de la actividad hace parte necesariamente de cualquier ciclo económico que en algún momento se revertirá, asumiendo que las instituciones económicas permanecen creíbles, como en nuestro escenario base. 

De cara al futuro cercano, factores como menores tasas de interés internas, una recuperación de la economía regional y menores impuestos corporativos implicarían un mejor escenario y así, mayores oportunidades. Inclusive, diversos empresarios comienzan a analizar lo que podría venir si, finalmente, se produce un cambio de gobierno en Venezuela en un contexto de escasez de productos básicos, siendo Colombia su ‘despensa natural’.

Por supuesto, lo anterior no significa ser complacientes, por lo que surge la necesidad de exigirle más a las autoridades, pero también de que todos planteemos soluciones para trabajar conjuntamente. Sentarse a esperar no resolverá ninguna dificultad y, por el contrario, las oportunidades siempre estarán ahí, aunque no sean aparentes.